El sueño es como un superpoder para los niños: les ayuda a crecer, aprender y estar de buen humor. Cuando duermen bien, sus cerebros procesan lo que aprendieron durante el día, como nuevas palabras o habilidades. Además, el sueño fortalece su cuerpo, ayuda a su sistema inmunológico y les da energía para jugar y explorar. Los niños de 3 a 5 años necesitan unas 10-11 horas de sueño por noche, mientras que los de 6 a 13 años necesitan entre 9 y 11 horas.

Para que tus hijos duerman mejor, crea una rutina tranquila antes de acostarse: un baño, un cuento o música suave pueden ayudarlos a relajarse. Evita que usen tabletas o vean televisión justo antes de dormir, porque la luz de las pantallas puede hacer que les cueste conciliar el sueño. También, asegúrate de que su cuarto sea cómodo, con poca luz y sin ruidos fuertes.

Si un niño no duerme lo suficiente, puede estar irritable, tener problemas para concentrarse en la escuela o incluso enfermarse más seguido. Ayúdalos a tener un horario fijo para acostarse y levantarse, incluso los fines de semana. Un buen descanso hace que los niños estén más felices y listos para enfrentar el día.