El hierro es un componente vital para que el cuerpo tenga la capacidad de distribuir la sangre oxigenada. La mayor parte de este mineral en el organismo se encuentra en la hemoglobina de los glóbulos rojos y en la mioglobina de las células musculares.
Para las mujeres embarazadas y en periodo de lactancia el hierro –entre otras sustancias– es especialmente importante, por lo que deben aumentar su ingesta.
De cualquier modo, es indispensable que consultes con tu doctor la cantidad adecuada para tus condiciones particulares, así como la forma en que debes consumirlo.
En todo caso, a decir de algunas instituciones es recomendable comer tres porciones diarias de alimentos ricos en hierro.
Puedes ingerir granos enriquecidos con hierro, cortes magros, aves, pescado y verduras como el brócoli, repollo, espinacas, acelgas y nabos. En este sentido, considera que las fuentes de hierro que provienen de la carne son las que mejor absorbe el cuerpo.
De igual manera, puedes tener una buena fuente de hierro en ciertas legumbres como los frijoles secos, las lentejas y la soja.
Asimismo, es importante que junto con una fuente de hierro, consumas también un alimento que ayude a su absorción como naranja, kiwi, limón o jitomate, por ejemplo.
Recuerda que algunos de los productos que limitan la absorción de hierro son el café, el té y los lácteos, por lo que se recomienda consumirlos en distintas tomas para que no interfieran.
Vía: HealthDay News, MedlinePlus, Gobierno del Estado de Jalisco
