A pesar de su importancia para comunicarnos mediante el habla, la lengua suele ser el componente más subestimado o ignorado de los que tenemos en la boca. Los dientes y las encías son quienes comúnmente acaparan los reflectores cuando se habla de salud bucal.

Sin embargo, la importancia de la lengua va más allá que solo ayudarnos a pronunciar palabras. Este órgano actúa como una especie de trampa para todas aquellas bacterias que, día a día, se alojan en la boca.

De ahí que, de no llevar a cabo adecuados hábitos de higiene, la lengua puede llegar a sufrir una acumulación de bacterias con el paso del tiempo. Situación puede causar mal aliento y, a la larga, diversos problemas de salud bucal.

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Además, pocas personas saben que la lengua puede dar algunas pistas a los especialistas sobre el estado de salud general de un paciente.

Órgano revelador

De acuerdo con expertos, se trata de un órgano revelador en el campo de la atención médica, dental y bucal. Su estado es capaz de dar pistas sobre diferentes condiciones médicas y enfermedades. Por ejemplo:

-Los lados de la lengua pueden avisar sobre el estado del hígado y los riñones.

-La sección media sobre el estómago.

-Su hinchazón repentina puede anunciar una reacción alérgica o efecto secundario por un medicamento.

-Su enrojecimiento puede anunciar casos de deficiencia de ácido fólico y de vitamina B12 o de anemia perniciosa.

-Un color blanco puede ser señal de tener irritación local provocada por el consumo de alcohol y de cigarrillo.

-Una lengua lisa puede deberse a un posible caso de anemia o deficiencia de vitamina B12.

Cuidados

Para garantizar la salud lingual, los expertos recomiendan llevar a cabo acciones como:

-Tener buenos hábitos de higiene oral: cepillarse los dientes, utilizar hilo dental, etc.

-Consumir una dieta balanceada.

-Utilizar un raspador de lengua. Se trata de un dispositivo de bajo costo fabricado para raspar y limpiar todas aquellas bacterias que se hayan alojado en la lengua. No es necesario utilizarlo todos los días, basta con dos o tres días a la semana.

 

Vía: Medline Plus