bomba-solucion-iDesde hace más de 40 años, diversos especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México han trabajado en una propuesta que contempla el uso de casiopeínas a base de metales, como una alternativa para combatir el cáncer.

Este trabajo usa la casiopeína coordinada con partículas de cobre, de los cuales se ha descubierto en pruebas con humanos y roedores que los tumores cancerosos detienen su crecimiento cuando son expuestos a esta sustancia.

Información de la Academia Mexicana de Ciencias asegura que el tratamiento de fármacos se encuentra en fase clínica I, con la idea de que se puedan curar algunos tipos de cáncer como el de colon, cérvico-uterino y de mama. Esto quiere decir, que la investigación se encuentra en una etapa en la que se debe de llegar a la dosis adecuada y que sea segura de suministrar, el objetivo es evitar que no se tengan efectos nocivos ni se afecte más la salud de los pacientes.

Lena Ruiz Azuara, quien encabeza este trabajo en la Facultad de Química, fue la primera investigadora en México en proponer la utilización de estos compuestos coordinados con metales esenciales, aquellos que están presentes de forma natural dentro del cuerpo humano como el cobre y el hierro.

Y aunque en el mercado existen otros compuestos similares que trabajan con metales como el cisplatino o el platino, estos son compuestos químicos agresivos y no esenciales, que tienen un impacto más intenso y efectos secundarios en los pacientes, ya que se trata de elementos que no se desechan de forma natural por el cuerpo, a diferencia de los metales esenciales que son más amigables con la salud.

“Las casiopeínas integran una familia de 100 compuestos metálicos, de los cuales los tipos II y III son los más prometedores por su solubilidad y selectividad para combatir carcinomas y leucemia”, señaló Ruiz Azuara.

La Academia Mexicana de Ciencias establece que en todo el tratamiento contra el cáncer por medio de quimioterapias, cerca del 80% de las células cancerígenas son atacadas al mismo tiempo que el 20% de las células sanas también son afectadas, por lo que con este nuevo tratamiento con metales amigables al cuerpo humano, el organismo desechará de forma natural el fármaco y las células se regenerarán normalmente.

Las casiopeínas inducen a la muerte celular programada de las células cancerígenas, además de romper las cadenas de ADN de las mismas y así evitar su reproducción y crecimiento.

Vía: Alt1040 y El Universal