Muchas mujeres embarazadas suelen preocuparse por desarrollar depresión posparto una vez que nazcan sus hijos. Ahora, investigadores del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC) de la Universidad de Granada (UGR) y la Facultad de Psicología de la UGR, en España, han demostrado que los niveles de cortisol (la hormona esteroidea que se libera en respuesta al estrés) en el cabello son más altos en el primer y tercer trimestre del embarazo en mujeres que posteriormente sufren depresión posparto. Además, los expertos observaron que estas mujeres sufrían síntomas psicopatológicos con mayor frecuencia durante la gestación.

Para concretar su estudio, publicado en la revista Plos One, los autores dieron seguimiento a 44 mujeres durante el embarazo y el posparto. Cada trimestre, realizaron una serie de pruebas para evaluar su estrés y sus síntomas psicopatológicos. Asimismo, tomaron muestras de cabello de las voluntarias para medir los niveles de cortisol.

Una vez transcurrido el proceso de parto, los investigadores evaluaron el estado emocional de las madres durante los días siguientes, a fin de detectar cuál de ellas había desarrollado depresión.

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Los resultados también revelaron que las mujeres que desarrollaron depresión posparto mostraron más síntomas psicopatológicos en el primer trimestre del embarazo. Del mismo modo, en el segundo trimestre mostraron niveles más altos de somatización (quejas reiteradas de dolor y malestar), obsesión-compulsión, depresión y ansiedad; y en el tercer trimestre mostraron niveles más altos de estrés específico del embarazo y somatización. Todos estos síntomas junto con los niveles más altos de cortisol fungen, por lo tanto, como indicadores de una futura depresión posparto.

Según explica María Isabel Peralta Ramírez, investigadora principal de este proyecto, estos hallazgos tienen implicaciones importantes en la prevención de la depresión posparto, «ya que muestran que a lo largo de todo el embarazo ya existen diferentes variables psicológicas y hormonales alteradas con respecto a las mujeres que no presentarán la posterior depresión. Detectar estas diferencias es clave para poder prevenir el estado psicológico de la madre así como las consecuencias de este estado en el bebé”.

 

Vía: Agencia SINC