cancer_riñones_cliki.2El cáncer de riñón representa aproximadamente el 3% de las neoplasias malignas del adulto, y ocurre en 1.5 hombres por cada mujer. Es más común en zonas urbanas que en rurales y en personas de entre 50 y 70 años de edad; también se sabe que se presenta en niños con edad de hasta seis meses.

El cáncer de riñón fue descrito por primera vez por Konig en 1826. El carcinoma de células claras es el tipo histológico más frecuente. El 30% de los carcinomas renales previamente ha sufrido metástasis al momento del diagnóstico.

El tratamiento a elegir es el quirúrgico, y la administración de interferón se encuentra restringida a enfermedad metastásica o irresecable (que no se puede extirpar mediante cirugía).

Causas y desarrollo

Factores ambientales, hormonales, celulares y genéticos han sido considerados como posibles causas de desarrollo de carcinoma de riñón. Existen estudios de adenocarcinoma renal donde se ha encontrado al tabaquismo como factor de riesgo. Se estima que 30% de los carcinomas renales en hombres y 24% en mujeres puede estar directamente relacionado con el tabaquismo. La obesidad también ha sido asociada con un incremento en el riesgo de desarrollar carcinoma renal, particularmente en mujeres.

Se ha demostrado asociación entre el desarrollo de carcinoma renal y la exposición prolongada a altos niveles en la industria de solventes, particularmente el tricoloetileno. Asimismo, hay un aumento en la incidencia de cáncer de riñón entre los trabajadores de zapatos y con exposición a asbestos. Se ha hallado una probable relación entre la exposición a gasolina y el cáncer de riñón, pero hasta el momento no es clara.

La mitad de los pacientes con carcinoma de células renales desarrollará recurrencia local o metástasis durante su seguimiento. El cáncer de riñón vuelve a aparecer en cualquier momento posterior a la nefrectomía (cirugía que extirpa el riñón o parte de este) y se disemina principalmente a través del sistema linfático y la sangre. Los sitios frecuentes de metástasis incluyen pulmón (50 a 60%), hueso (30 a 40%), hígado (30 a 40%) y cerebro (5%). Otros sitios son páncreas, glándula suprarrenal, parótida, maxilar y faringe.

Tratamiento y pronóstico

Incluso con enfermedad temprana, las metástasis tardías se pueden tratar con resección quirúrgica. Después de la recaída, el pronóstico es pobre y las técnicas no quirúrgicas suelen no mejorar el control de la enfermedad. La quimioterapia, la terapia hormonal y la radioterapia han mostrado ser poco efectivas en tumores primarios o metástasis, pero se ha visto una mejora discreta en la sobrevida de quienes reciben inmunoterapia, ya sea interferón o interleucina.

Sin embargo, la respuesta completa ocurre en menos de 15% de los pacientes y rara vez es durable; 30% de todos los cánceres de riñón se presenta desde el inicio con metástasis.

Existen informes sobre metástasis hacia tubo digestivo con este tipo de cáncer, pero otros reportes demuestran que el tumor primario más frecuente es el cervicouterino y el sitio más común de metástasis el duodeno. Cabe mencionar que los registros indican que cerca de 50% de los casos con actividad tumoral en tubo digestivo fueron secundarios a progresión de enfermedad ganglionar retroperitoneal que afectó por contigüidad al tubo digestivo.

Actualmente, gracias al manejo perioperatorio es posible realizar extirpaciones amplias de lesiones metastásicas, con limitada morbilidad y mortalidad. A veces y en muy pocos casos, se presenta una metástasis de carcinoma de células renales a colon.

Las metástasis a tubo digestivo, particularmente a colon de un tumor primario de riñón, son muy raras. Los pacientes con enfermedad metastásica generalmente mueren por progresión de la enfermedad.

Si solo existe una lesión, y que además sea accesible removerla quirúrgicamente, se debe optar por dicha opción más inmunoterapia, pues permitirá controlar adecuadamente la neoplasia.

 

Vía: Académica