Después de una inundación, los riesgos para la salud aumentan considerablemente, especialmente los relacionados con el sistema digestivo. El agua y los alimentos contaminados pueden causar infecciones gastrointestinales como diarrea, cólera o hepatitis A. La prevención es clave para proteger a tu familia.

1. Evita el consumo de agua contaminada

Solo bebe agua embotellada, hervida o desinfectada con cloro. Si no tienes acceso a agua potable, agrega dos gotas de cloro por litro y déjala reposar por 30 minutos antes de consumirla. También utiliza agua segura para preparar alimentos, lavar frutas y verduras o cepillarte los dientes.

2. Cuida la higiene de los alimentos

Desecha cualquier alimento que haya estado en contacto con el agua de la inundación, aunque parezca limpio. Lávate siempre las manos antes de cocinar y asegúrate de que los utensilios estén bien desinfectados. Los alimentos cocidos deben mantenerse tapados y refrigerados si es posible, para evitar su descomposición.

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3. Mantén la higiene personal y del hogar

Lava tus manos con frecuencia, especialmente antes de comer o después de ir al baño. Limpia las superficies y utensilios con una mezcla de agua y cloro para eliminar microorganismos. Si hay cortes o heridas, protégelos con gasas para evitar infecciones.

La salud intestinal puede verse afectada gravemente tras una inundación, pero con medidas simples puedes prevenir enfermedades. Mantente alerta, cuida la higiene del agua y los alimentos, y protege a tu familia. ¡Tu bienestar es prioridad!

 

Fuente: Organización Panamericana de la Salud (OPS)