El día de ayer, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) aprobó la primera prueba rápida de coronavirus que no requiere ningún equipo computacional especial para producir resultados.

La prueba de 15 minutos costará 5 dólares (alrededor de 110 pesos mexicanos), lo que le da una ventaja sobre otras pruebas similares que deben introducirse en una máquina pequeña. No más grande que una tarjeta de crédito, la prueba se basa en la misma tecnología utilizada para detectar la gripe, la faringitis estreptocócica y otras infecciones.

BinaxNOW es la cuarta prueba rápida en Estados Unidos que detecta antígenos de COVID-19, proteínas que se encuentran en la superficie del coronavirus, en lugar del virus en sí. Se considera un método de detección más rápido, pero menos preciso.

La FDA también autorizó una prueba de saliva diseñada por la Universidad de Yale, que se salta algunos de los suministros que han provocado cuellos de botella en las pruebas. Cabe señalar que ninguna prueba se puede realizar en casa.

Conoce más: 10 remedios caseros para aliviar el dolor de oído durante el confinamiento

Pero varias empresas están desarrollando pruebas rápidas en el hogar, aunque ninguna ha obtenido la aprobación de la FDA. La nueva prueba todavía requiere que un trabajador de la salud tome un hisopo nasal, como la mayoría de las pruebas de coronavirus más antiguas. La prueba de saliva de Yale elimina la necesidad de un hisopo, pero solo se puede realizar en laboratorios de alto nivel.

Tan solo en Estados Unidos, cerca de 690,000 personas ahora se someten a pruebas por día, por debajo de un pico de 850,000 pruebas diarias que tuvieron lugar a finales del mes pasado. Pero muchos expertos en salud pública creen que el país pronto necesitará realizar pruebas a muchas más personas conforme las escuelas vuelvan a abrir y llegue la temporada de influenza.

Desde el comienzo de la pandemia, las pruebas de frotis nasales que se envían a un laboratorio han sido el estándar para detectar la COVID-19. Aunque se consideran altamente precisas, las pruebas se basan en productos químicos y máquinas especializadas y costosas. La escasez de esos suministros ha provocado repetidos retrasos en los informes de resultados.

«Esas pruebas de detección [rápidas] son ​​lo que necesitamos en las escuelas, los lugares de trabajo y los hogares de ancianos para detectar a los transmisores asintomáticos», indicó el doctor Jonathan Quick, profesor en el Instituto de Salud Global de la Universidad de Duke. Se tiene planeado realizar alrededor de 4 millones de pruebas por día durante el mes de octubre, en su mayoría pruebas rápidas, en el lugar de atención.

 

Vía: Health Day News