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Si te convertirás en mamá, es importante que sepas que el alcohol puede dañar a tu bebé en cualquier etapa del embarazo. Esto incluye las primeras etapas, incluso antes de que sepas que estás embarazada, así lo advierte la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Beber alcohol durante el embarazo puede dar lugar a un grupo de condiciones llamadas trastornos del espectro alcohólico fetal (TEAF). Los niños que nacen con tales trastornos pueden tener una combinación de problemas de diversos tipos, como problemas médicos, de comportamiento, educativos y sociales. Los tipos de problemas que tengan dependerán del tipo de TEAF que hayan desarrollado. Estos podrían incluir:

  • Rasgos faciales anormales, como una cresta suave entre la nariz y el labio superior
  • Tamaño pequeño de la cabeza
  • Estatura más baja que la promedio
  • Peso corporal bajo
  • Coordinación pobre
  • Comportamiento hiperactivo
  • Dificultad con la atención y la memoria
  • Dificultades de aprendizaje y dificultad en la escuela
  • Retrasos en el habla y el lenguaje
  • Discapacidad intelectual o coeficiente intelectual bajo
  • Pocas habilidades de razonamiento y juicio
  • Problemas de sueño y de succión del bebé
  • Problemas de visión o audición
  • Problemas con el corazón, los riñones o los huesos

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El síndrome de alcoholismo fetal (SAF) es el tipo más grave de TEAF. Las personas con SAF padecen anomalías faciales, como por ejemplo ojos muy separados y estrechos, problemas de crecimiento y alteraciones del sistema nervioso.

Diagnosticar un trastorno del espectro alcohólico fetal puede ser difícil debido a que no existe una prueba médica, como un análisis de sangre, para tal fin. El proveedor de atención médica realizará un diagnóstico observando los signos y síntomas del niño y preguntando si la madre bebió alcohol durante el embarazo.

Es importante mencionar que los TEAF duran para toda la vida y no tienen cura, pero los tratamientos actualmente disponibles pueden ayudar.

 

Fuente: U.S. National Library of Medicine