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cuidado-de-la-pielYa te hemos hablado de algunos de los cuidados que debes observar para protegerte del Sol.

Entre las medidas que siempre debes tomar está el uso de cremas con un factor de protección solar (FPS) adecuado para ti.

Este tipo de productos ayudan a reducir la posibilidad de ciertos cambios cutáneos; sin embargo, no deben usarse para aumentar la cantidad de tiempo que pasas en el Sol ni deben ser la única protección que utilices.

Para elegirlo, en primera instancia, calcula el tiempo en el que estarás expuesto a los rayos solares y divídelo entre el número de minutos que tarda tu piel en empezar a “quemarse”.

La cantidad resultante es el FPS que debes usar en tu crema solar.

Por ejemplo, si tu piel normalmente tarda 10 minutos antes de “arder” y estarás 180 minutos en el Sol; divide 180 entre 10, el resultado, en este caso, 18 (o superior) es el FPS que necesitas buscar en una crema solar.

De cualquier forma, es una buena idea que consultes con el especialista tu caso específico, pues, aunque esta fórmula pueda ser una guía, es necesario considerar tu tipo de piel, la cantidad y frecuencia con que aplicas el bloqueador, la hora del día y las actividades que vas a realizar en particular.

Todos los adultos y los niños mayores se benefician con el uso de un FPS de 15 o superior. De hecho, algunos expertos recomiendan el FPS de 30 o mayor en la cara y de 15 o más en el cuerpo. Para personas que se queman fácilmente o tienen factores de riesgo para el cáncer en la piel, el FPS debe ser 50+.

Los protectores deben bloquear tanto la radiación UVA como la UVB. Busca los que tengan óxido de cinc o de titanio.

Debes usar estos productos todos los días, aun cuando esté nublado o salgas al aire libre por un corto tiempo.

Póntelo 30 minutos antes de salir para que se absorba en tu piel y vuélvelo aplicar al menos cada 2 horas mientras estés expuesto a la luz solar, después de nadar o sudar; es mejor que elijas un protector resistente al agua aun cuando no vayas a realizar actividades acuáticas.

Colócalo en todas las áreas expuestas, con atención especial en el rostro, oídos, hombros y pies.

Usa un bálsamo especial para los labios.

Evita los productos que combinen el protector solar con repelente de insectos.

Vía: Health Library y MedlinePlus