La malaria es una enfermedad que amenaza la vida. Por lo general, se transmite a través de la picadura de un mosquito Anopheles que porta el parásito Plasmodium. Cuando este mosquito te pica, el parásito se libera en tu torrente sanguíneo.

Una vez que los parásitos están dentro de tu cuerpo, viajan al hígado, donde maduran. Después de varios días, los parásitos maduros ingresan al torrente sanguíneo y comienzan a infectar los glóbulos rojos.

Dentro de 48 a 72 horas, los parásitos dentro de los glóbulos rojos se multiplican, causando que las células infectadas se abran.

Los parásitos continúan infectando los glóbulos rojos, lo que provoca síntomas que ocurren en ciclos que duran de dos a tres días a la vez.

Diagnóstico

Tu médico puede diagnosticar la malaria. Durante tu cita, ella o él revisarán tu historial de salud, incluyendo cualquier viaje reciente a climas tropicales. También se realizará un examen físico.

Tu médico podrá determinar si tienes el bazo o el hígado agrandados. Si muestras síntomas de malaria, tu médico podrá solicitar análisis de sangre adicionales para confirmar tu diagnóstico.

Conoce más: ¿Qué factores incrementan el riesgo de contraer malaria?

Estas pruebas mostrarán:

  • Si tienes malaria
  • Qué tipo de malaria tienes
  • Si tu infección es causada por un parásito que es resistente a ciertos tipos de medicamentos
  • Si la enfermedad ha causado anemia
  • Si la enfermedad ha afectado a tus órganos vitales

Complicaciones potencialmente mortales de la malaria

La malaria puede causar una serie de complicaciones potencialmente mortales. Tales complicaciones incluyen las siguientes:

  • Hinchazón de los vasos sanguíneos del cerebro o paludismo cerebral
  • Una acumulación de líquido en los pulmones que causa problemas respiratorios o edema pulmonar
  • Insuficiencia orgánica de los riñones, el hígado o el bazo
  • Anemia debido a la destrucción de los glóbulos rojos
  • Baja azúcar en la sangre

 

Fuente: Healthline