Durante los días calurosos, el cuerpo pierde líquidos y electrolitos con mayor rapidez a través del sudor, lo que aumenta el riesgo de deshidratación. Mantener una buena hidratación es fundamental para conservar la temperatura corporal, la energía y la salud general. Aquí te compartimos claves sencillas y efectivas.

1. Bebe agua con frecuencia, aunque no tengas sed

El mecanismo de la sed no siempre se activa a tiempo, especialmente en adultos mayores. Lo ideal es tomar agua cada 30 a 60 minutos, en pequeñas cantidades, durante todo el día. No esperes a tener sed intensa para hidratarte.

2. Aumenta el consumo de frutas y verduras con alto contenido de agua

Alimentos como sandía, melón, pepino, fresas, apio o lechuga aportan líquidos y electrolitos de forma natural, además de vitaminas y minerales. Son una excelente opción para complementar la hidratación.

3.  bebidas que deshidratan

Limita el consumo de alcohol, café o refrescos, ya que pueden tener efecto diurético y aumentar la pérdida de líquidos. Si tomas bebidas con cafeína, acompáñalas con agua para contrarrestar su efecto.

4. Agrega una pizca de sal o electrolitos si sudas en exceso

En casos de sudoración abundante por ejercicio o exposición prolongada al sol, puedes añadir a tu bebida una pizca de sal o consumir sueros orales, que ayudan a reponer los minerales perdidos y mantener el equilibrio de líquidos.

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5. Observa señales de deshidratación

Presta atención a síntomas como boca seca, dolor de cabeza, debilidad, orina muy oscura o mareos. Son señales claras de que necesitas rehidratarte de inmediato.

Una hidratación adecuada no sólo te protege del golpe de calor, también mejora tu concentración, energía y bienestar general. Haz del agua tu aliada en los días más calurosos. ¡Bebe agua diariamente!

 

Fuente: Organización Mundial de la Salud