El monóxido de carbono (CO) ingresa fácilmente al cuerpo a través de los pulmones. Conforme el CO se transfiere al torrente sanguíneo, se unirá preferentemente a la hemoglobina, la proteína de los glóbulos rojos responsable de transportar oxígeno por todo el cuerpo. Al hacerlo, el CO impide que el oxígeno llegue a los tejidos y células que lo requieren para sobrevivir.
Recordemos que el monóxido de carbono es un subproducto natural de la combustión. La mayoría de los casos de intoxicación se deben a la inhalación del gas, que se acumula rápidamente en un espacio cerrado (normalmente debido a una ventilación defectuosa).
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Las fuentes comunes de CO incluye las siguientes:
- Estufas de leña
- Incendios domésticos
- Humos de escape de vehículos
- Estufas y parrillas de gas o propano
- Parrillas de carbón y hibachis (dispositivos de calefacción tradicionales japoneses)
- Calentadores de propano, queroseno o gas sin ventilación
- Generadores eléctricos a gas
- Secadoras de ropa a gas
RECUERDA: Viajar en la parte trasera de una camioneta es una causa común de intoxicación por monóxido de carbono en los niños. De manera similar, dejar el automóvil detenido y con la marcha encendida durante invierno puede envenenar a los pasajeros si el tubo de escape está bloqueado con nieve. De hecho, cualquier perforación en el colector de escape de un coche o barco puede permitir que el CO inunde el interior.
Fuente: Very Well Health