Los cambios hormonales que ocurren durante el embarazo normalmente propician una mayor sensibilidad en los pezones.

Asimismo, tus senos y pezones se hincharán, y pueden perder líquido a medida que se acerque tu fecha de parto.

Por ello, es importante que elijas un sostén o sujetador de maternidad que te quede bien. Si te duelen mucho los senos, pregúntale a tu médico qué analgésicos son seguros durante el embarazo y cuáles son mejores para ti.

Lactancia

Una vez que tu bebé nace y comienza agarrarse correctamente de tu seno cuando lo amamantas, puedes empezar a sentir un breve estallido de dolor en el pezón, el cual debería detenerse después de unos segundos.

Si tu bebé no se agarra correctamente, el dolor podría durar todo el tiempo que lo alimentes. Dicho dolor puede sentirse como un pellizco agudo. Además, tus pezones también pueden agrietarse y sangrar.

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Tales síntomas deberían mejorar conforme tu bebé se vaya acostumbrando a alimentarse. Pero no te preocupes, existen algunas maneras sencillas de aliviar el dolor, las cuales te mencionamos a continuación:

  • Exprime suavemente unas gotas de leche y frótalas sobre tus pezones para ablandarlos antes de amamantar.
  • Coloca un bálsamo o ungüento, como lanolina, en tus pezones.
  • Deja que tus pezones se sequen al aire después de cada alimentación. Cambia las almohadillas o protectores para lactancia con frecuencia, para mantener tus pezones secos.
  • Usa un sostén cómodo para lactancia que sea de algodón. Asegúrate de que te quede bien para que no haga fricción contra tus pezones.
  • Prueba diferentes posiciones de alimentación hasta que encuentres una que sea cómoda.

Si tienes problemas para que tu bebé logre un agarre adecuado que no te cause dolor, tu médico o un consultor de lactancia pueden ayudarte a ti y a tu bebé a hacer algunos ajustes para que te sientas más cómoda.

Infecciones

Cabe señalar que sufrir dolor intenso en el pezón también podría ser signo de una infección.

La mastitis es una infección de los conductos lácteos que ocurre cuando estos se bloquean y comienzan a crecer bacterias en su interior. Es más común durante la lactancia, pero las mujeres pueden contraerlo durante otros momentos de la vida. A veces, los hombres también pueden desarrollar mastitis.

Otros síntomas de infección en los conductos lácteos incluyen:

  • Fiebre de 38 grados Celsius o más
  • Resfriado
  • Enrojecimiento o rayas rojas en el seno
  • Calor o ardor en el seno
  • Senos hinchados

RECUERDA: Si tienes esta infección, necesitarás antibióticos para tratarla. Por ello, asegúrate de tomar la dosis completa que te recete el médico, incluso si comienzas a sentirte mejor.

 

Vía: WebMD