pescado-omega-3En nuestro país, si bien el cáncer de próstata registra una tendencia decreciente según datos de la Organización Panamericana de la Salud, continúa siendo el tipo de cáncer que más muertes provoca entre los hombres. La mejor manera de prevenir y combatir este padecimiento es la detección temprana, sin embargo se ha encontrado que adoptar algunos hábitos de vida más sanos pueden ayudar a disminuir los riesgos.

Ahora, nuevas investigaciones parecen haber encontrado formas para hacer menos agresiva la enfermedad, lo cual ayudaría a lograr tratamientos más efectivos en contra de ella. El estudio en cuestión reveló que los hombres que sufren de cáncer de próstata e ingieren suplementos de aceite de pescado (alto en omega-3) y siguen una dieta baja en grasas, mostraron cambios en el tejido canceroso, lo que podría indicar una disminución en la agresividad del cáncer. Este estudio apareció en la Revista de Investigación para la Prevención del Cáncer (journal Cancer Prevention Research).

El estudio, realizado por investigadores de la Universidad de California de Los Ángeles (UCLA), observó que los cambios en la dieta pueden funcionar como una potencial intervención contra la enfermedad. Los resultados arrojan que una dieta baja en grasas y el omega-3 pueden afectar la biología celular.

Esta conclusión surge después de observar a dos grupos de hombres con cáncer de próstata, los cuales llevaron dos tipos de dieta distintos durante un periodo de 4 a 6 semanas.

El primer grupo siguió una dieta baja en grasas, con 15% de las calorías provenientes de grasas y se le administró 5 gramos de aceite de pescado al día a través de 5 suplementos de pescado para tener una ingesta regular de ácidos grasos de omega-3. Este tipo de ácidos son conocidos por reducir la inflamación y estar vinculados con muchos beneficios a la salud, incluyendo la prevención del cáncer oral y en la piel.

El segundo grupo siguió una dieta alta en grasas, calificada como “occidental” por los investigadores, consistente en 40% de calorías provenientes de las grasas. Esta dieta también incluyó altos niveles de ácidos grasos omega-6, a través de aceite de aceite de maíz, frente a una baja cantidad de omega-3.

Los hombres dentro del primer grupo mostraron un crecimiento de células cancerosas más lento, comparado con el grupo que siguió la dieta alta en grasas. Además, la investigación encontró que los hombres que siguieron una dieta baja en grasas mostraron cambios en la composición de la membrana de sus células en la próstata, tanto en las saludables como en las no cancerosas.

Los investigadores sostienen que estos hombres mostraron en sus membranas celulares altos niveles de ácidos grasos de omega-3, resultado de los suplementos de aceite de pescado, y una menor cantidad de ácidos grasos omega-6, lo cual podría afectar directamente la biología celular.

En este estudio se buscó determinar de manera exacta cómo trabaja esta dieta baja en grasa y alta en omega-3 para mostrar los beneficios que anteriormente se habían observado. Además, en él se realizaron mediciones de los niveles de sustancias pro-inflamatorias en la sangre y se analizó el tejido canceroso en la próstata, con ello se buscó determinar los puntajes de progresión del ciclo celular, que es la medida para determinar la agresividad del cáncer de próstata en un paciente y las posibilidades de reincidencia.

Al analizar una de estas sustancias en particular, el llamado leucotrieno B4 (LTB4), se encontró que los participantes con un bajo nivel de este compuesto, después de seguir la dieta baja en grasas, también mostraban un puntaje más bajo en la progresión del ciclo celular. Un análisis más detallado reveló que uno de los receptores de LTB4 se presenta en la superficie de las células cancerosas en la próstata, lo cual es un “descubrimiento completamente nuevo”, señalaron los investigadores.

La importancia de estos descubrimientos es que con ellos es posible disminuir los puntajes de progresión del ciclo celular en los pacientes, lo cual puede evitar que la enfermedad se vuelva más agresiva. En este sentido, William Aronson, profesor de Urología de la UCLA y autor principal de la investigación, señala que “estos estudios están demostrando que, en hombres con cáncer de próstata, en realidad tú eres lo que comes. Los estudios sugieren que alterando la dieta, podríamos afectar favorablemente la biología del cáncer de próstata”.