La diabetes y la prediabetes solían diagnosticarse basándose en lecturas de glucosa en ayunas o una prueba estándar de tolerancia a la glucosa. Dicha prueba involucra ingerir 75 gramos de una bebida azucarada y posteriormente medir los niveles de azúcar en sangre durante las siguientes dos horas.

La definición de prediabetes también está en constante evolución y puede diferir de un país a otro.

Diferentes sociedades y grupos estimados poseen diferentes definiciones. Los expertos señalan que el primer punto a destacar es que, ya sea que estemos hablando de diabetes o prediabetes, estamos hablando de un continuo.

Si tomamos como ejemplos países como Estados Unidos y el Reino Unido, podemos observar diferencias en las unidades de medida y los umbrales utilizados para diagnosticar la prediabetes.

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Una de estas unidades es la hemoglobina A1C (HbA1c), que se expresa en términos de porcentaje e indica el nivel promedio de glucosa en la sangre de los últimos dos o tres meses.

Cabe destacar que la glucosa no es una medida discreta sino una variable continua.

Hace unos años, se respaldó el uso de la hemoglobina A1C para diagnosticar la diabetes. En la práctica clínica actual, los profesionales médicos dependen principalmente de la HbA1c, pero las lecturas adicionales de glucosa pueden ser útiles.

La prediabetes se diagnostica cuando se tiene una HbA1c entre 5.7 y 6.5%.

En términos de niveles de hemoglobina A1C, cualquier nivel superior a 6.5% es por definición diabetes. Idealmente, se deberían tener al menos dos de esas lecturas, que son elevadas, para diagnosticar diabetes tipo 2.

Los especialistas indican que los umbrales de diagnóstico para la diabetes han ido disminuyendo gradualmente durante los últimos años.

 

Fuente: Medical News Today