Las personas que no padecen diabetes suelen tener niveles de glucosa en sangre (en ayunas) inferiores a 100 mg/dl.
Tu médico definirá cuál debe ser tu objetivo individual de glucosa en sangre, estableciendo uno que esté lo más cerca posible de lo normal y que puedas alcanzar de manera segura según tu salud médica general. Según la Asociación Estadounidense para la Diabetes (ADA), la glucosa en ayuno debe mantenerse entre 80 y 130 mg/dL, y después de las comidas debe mantenerse por debajo de 180 mg/dL.
Si tu nivel de glucosa sanguínea es elevado durante largos períodos de tiempo, podría ocasionarte problemas significativos a largo plazo, como un mayor riesgo de enfermedades oculares, enfermedades renales, ataques cardíacos y eventos cerebrovasculares. La glucemia elevada también puede plantear problemas de salud a corto plazo.
Conoce más: ¿Con qué frecuencia debes medir tu glucosa?
A continuación te mencionamos algunos síntomas que indican glucosa elevada en sangre:
- Aumento de la sed
- Aumento de la micción (acción de orinar)
- Boca o piel seca
- Cansancio o fatiga
- Visión borrosa
- Infecciones que se presentan con mayor frecuencia
- Heridas y lesiones de curación lenta
- Pérdida de peso inexplicable
Fuente: Joslin Diabetes Center