Además de utilizar filtros de agua y desinfectantes para los alimentos, es importante limpiar los tinacos y las cisternas cada seis meses, así como tanques y piletas, con la finalidad de evitar enfermedades gastrointestinales y otros males generados por el agua contaminada, según la Secretaría de Salud del Estado de México.

Riesgos

Como ya se ha mencionado, la existencia de bacterias en estos contenedores puede conducir al desarrollo de infecciones gastrointestinales, caracterizadas por la presencia de diarrea—salmonella—. También existe el riesgo de padecer Hepatitis A y Rotavirus. Si bien la mayoría de la población ya no toma agua de la llave, el líquido que se guarda en los depósitos se utiliza para el aseo personal, así como para lavar trastes y ropa, razón por la que es posible padecer afecciones dérmicas, bucales o infecciones en los ojos —en caso de que esté sucio—.

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¿Cómo hacerlo fácilmente?

  1. Agrega ocho mililitros de cloro por cada litro de agua que se ponga en una cubeta. La mezcla debe aplicarse con un cepillo limpio en las paredes de dichos espacios.
  2. Utiliza cubrebocas o un trapo húmedo, así como guantes de hule.
  3. Hazlo lo más rápido posible y evita permanecer en el interior del tinaco por más de 10 minutos.
  4. Deja que la solución se impregne en las paredes del tinaco o cisterna durante 20 o 30 minutos.
  5. Enjuaga con agua limpia, seca el exceso y abre la llave respectiva para el llenado paulatino.

 

Vía: Notimex