De acuerdo con un nuevo estudio, usar cubrebocas ayuda a reducir la carga viral a la que una persona está expuesta, pero existe otro beneficio agregado. Las personas que se contagian usando cubrebocas manifiestan menos síntomas, incluso pueden ser pacientes asintomáticos. 

Especialistas de la Universidad de California y de la Universidad Johns Hopkins, defienden esta teoría al comparar diversas situaciones en las que varios grupos de personas utilizaron o dejaron de utilizar mascarillas, así como la relación que ese acto guarda con la carga viral y el tipo de infección leve o asintomática.

«Las mascarillas, según el tipo, filtran la mayoría de las partículas virales, pero no todas». Si bien las infecciones asintomáticas pueden ser perjudiciales para la propagación del virus, también serían beneficiosas si dan lugar a tasas más altas de exposición, ya que «exponer a la sociedad al SARS-CoV-2 sin las consecuencias inaceptables de una enfermedad grave con el uso de mascarillas, podría conducir a una mayor inmunidad a nivel comunitario y una propagación más lenta mientras esperamos una vacuna», sostienen.

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A decir de los expertos, este estudio se sustenta en tres cúmulos de evidencia: virológica, epidemiológica y ecológica, que vendrían a constatar su teoría. El primer punto se refiere a las partículas virales que una mascarilla es capaz de filtrar. En cuanto a la evidencia epidemiológica, los investigadores asocian los altos índices de mortalidad vistos al inicio de la pandemia con la intensa exposición a altas cargas virales antes de que se generalizase el uso de cubrebocas.

En tercer lugar, la evidencia ecológica viene respaldada por una investigación que indica que aquellos países y regiones ya acostumbrados a usar cubrebocas para el control de las infecciones, como Japón, no han padecido esta enfermedad de forma tan severa y mortal.

 

Vía: 20 minutos.es