Más de tres años después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara a la COVID-19 como una emergencia de salud pública en enero de 2020, millones de personas (se estima que alrededor de 7 millones o más) fallecieron. Sin embargo, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus señaló que dichas estimaciones podrían estar más cerca de los 20 millones de muertes, y advirtió que el virus todavía representa una amenaza global significativa.

Aunque muchos países han aprendido a vivir con el virus durante un año o más, otros están lejos de ser «endémicos».

Asimismo, una nueva subvariante del coronavirus, Arcturus, circula en al menos 31 países, aunque la OMS afirma que no es más peligrosa que otras variantes causantes de COVID-19.

La doctora Katherine O’Brien, directora de Inmunización, Vacunas y Productos Biológicos de la OMS, informó en una conferencia de prensa que el alto riesgo de enfermedad grave y muerte todavía es bajo en muchos países del mundo, particularmente en aquellos con un alto índice de tasas de vacunación contra la COVID-19.

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“Las vacunas han jugado un papel muy importante en la protección de las poblaciones. El trabajo sigue siendo esencial para la naturaleza salvavidas de las vacunas”, subrayó la experta, y señaló que el anuncio de la OMS no significa que la lucha contra el virus haya terminado.

Junto con el anuncio de la OMS, el Dr. Ghebreyesus reveló el Plan Estratégico de Preparación y Respuesta para la COVID-19 2023-2025 de la agencia, que detalla cómo los diferentes países pueden hacer la transición a la gestión a largo plazo de la enfermedad.

Este plan describe acciones para gestionar el virus en 5 áreas clave:

  • Vigilancia colaborativa
  • Protección de la comunidad
  • Atención segura y escalable
  • Acceso a contramedidas
  • Coordinación de emergencia

La doctora Maria Van Kerkhove, epidemióloga de enfermedades infecciosas y líder técnica del equipo de respuesta a la COVID-19 de la OMS, reconoció en la rueda de prensa que muchos países, en particular los del continente africano, se han visto afectados de manera desproporcionada por la COVID-19 y requerirán manejo continuo para minimizar la infección.

“Lo peor que se puede hacer es desmantelar los sistemas”, indicó Van Kerkhove, y agregó que la OMS continuará trabajando con los países para calibrar el Plan Estratégico de Preparación y Respuesta de la agencia, el cual funge como una iniciativa de 2 años.

 

Fuente: Medical News Today