El jamón y el pavo son proteínas populares que suelen cocinarse para mucha gente. Por lo general, el jamón se cura y se sala, y se prepara con glaseados dulces, mientras que el pavo es un corte de carne más magro que suele asarse con hierbas aromáticas.

Cabe destacar que el pavo contiene menos sodio.

Entonces, si debes controlar tu presión arterial, elige pavo en lugar de jamón. El pavo se considera un alimento bajo en sodio (pero solo cuando no está procesado), mientras que el jamón se considera un alimento alto en sodio. Como dijimos y a diferencia de otros tipos de cerdo, el jamón casi siempre se cura y se sala.

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El consumo excesivo de sal es uno de los principales factores dietéticos que contribuyen a la hipertensión. Por ello, considera la cantidad de sodio en las siguientes porciones de 100 gramos de jamón y pavo:

  • Pavo asado: 101 miligramos (mg) de sodio
  • Jamón asado: 1,330 mg de sodio
  • Jamón ahumado con miel: 900 mg de sodio

La ingesta diaria recomendada de sodio es de 2,300 mg para adultos. Los expertos recomiendan consumir incluso menos, 1500 mg al día.

La mayoría de las personas consumen más sodio del recomendado, lo que puede contribuir a la hipertensión.

 

Fuente: Very Well Health