La comunicación es una parte esencial de nuestra vida cotidiana. No pasa ni un solo día sin que nos comuniquemos de alguna u otra forma con las demás personas. La comunicación es una habilidad que tenemos todos los seres humanos, incluyendo a los bebés.

Aunque aún no sean capaces de decir palabras, los bebés cuentan con su propio método de comunicación: el llanto, el cual usan para expresar sus necesidades.

Desde el momento en el que nacen, los bebés comienzan a comunicarse a través del llanto. Es por ello que los padres deben estar atentos, pues no prestar atención a los llantos de su bebé puede significar poner en riesgo su salud integral.

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La facultad del llanto que poseen los bebés será su forma de comunicarse durante un tiempo. Por lo general, los llantos indican que algo no va del todo bien:

-Tienen hambre.

-Necesitan un cambio de pañal.

-Pies fríos.

-Están cansados.

-Tienen necesidad de que lo carguen o abracen.

-Tienen algún problema de salud.

Aunque en un principio los llantos parezcan imposibles de descifrar, con el tiempo los padres serán capaces de reconocer cuál es la necesidad que está expresando su bebé, y reaccionarán sin pensarlo dos veces.

Aunque no aplica para todos los bebés, algunas veces lo que necesitan se puede identificar a partir del tipo de llanto que utilizan. Por ejemplo:

-Un llanto de hambre suele ser breve y agudo.

-Un llanto de molestia suele ser más variable y agitado.

Los bebés también pueden llorar cuando se sienten agobiados por todas las imágenes y sonidos del mundo que los rodea, o sin ningún motivo aparente. Ante estos escenarios, los padres no deben sentirse mal ni ponerse nerviosos.

Comunicarse con un recién nacido es fundamental para fomentar una adecuada salud integral. Los padres deben tratar de responder siempre a los llantos de su bebé, ya que es imposible ‘malcriar’ a un bebé tan pequeño por dedicarle demasiada atención. Todo lo contrario, las respuestas inmediatas a los llantos le harán saber que es importante y que es atendido.

Los especialistas recomiendan que los padres solo deben ponerse en contacto con un pediatra cuando los llantos de su bebé se prolongan más tiempo del habitual, si su llanto le suena extraño o se asocia a un descenso de su nivel de actividad, falta de apetito o movimientos respiratorios inusuales.

 

Vía: Kid’s Health