La corteza cerebral es la parte del sistema nervioso más desarrollada en los humanos, siendo también la que más se diferencia de la de otras especies. Aunque la médula espinal (o tronco encefálico) es bastante similar entre un humano y, por ejemplo, un perro, la corteza cerebral es extremadamente más grande en el primero. La estructura de la corteza se basa en múltiples pliegues, cuyo fin es empaquetar la mayor superficie posible dentro del cráneo. Si extendiéramos por completo dicha superficie, medirÃa alrededor de 1900 cm2.
Existen regiones de la corteza que realizan una función especÃfica. La región más posterior es la que se encarga de la información visual; de presentarse una lesión en esa área, el sujeto perderÃa la vista, aunque sus ojos funcionen perfectamente. Otras regiones recogen las modalidades sensoriales restantes, como el oÃdo o el tacto, y otras más envÃan órdenes a los músculos para que produzcan los movimientos voluntarios. No obstante, estas regiones abarcan una parte muy pequeña de la superficie total, por lo que asignar una función obvia a las demás áreas resultó, en un principio, muy problemático para los investigadores. Aunque el funcionamiento de estas regiones aún se desconce, los estudios más recientes aportan algunos indicios de cuál podrÃa ser su papel.
Ejemplo de lo anterior es la corteza parietal, que se halla en la encrucijada entre las regiones donde se procesa la información visual, auditiva y táctil. En esta corteza se integra la información de los distintos sentidos, y se reúne la información táctil, auditiva y visual que viene de un mismo punto del espacio. La corteza parietal nos permite reconocer si el ave que observamos es la misma que emite el canto caracterÃstico que estamos oyendo, y si además se encuentra dentro de la jaula que estamos tocando. Esto nos permite reconocer al ave como un objeto concreto, y no como un conjunto de sensaciones dispersas. La corteza parietal crea un mapa del espacio que nos rodea, asignando la posición de cada objeto y los estÃmulos que proceden de él.
VÃa: Universidad Autónoma de Madrid