Una combinación de tres medicamentos antivirales mostró buenos resultados para combatir el COVID-19 leve a moderado, así lo dio a conocer un nuevo estudio pequeño publicado esta semana en la revista The Lancet .

Se evaluó un tratamiento de dos semanas de interferón beta-1b, lopinavir-ritonavir y ribavirina, junto con la atención estándar, en 127 pacientes adultos que fueron ingresados en seis hospitales de Hong Kong.

El tratamiento antiviral triple se inició dentro de los siete días posteriores a la aparición de los síntomas de COVID-19 y se encontró que era seguro y acortaba el tiempo de eliminación del virus, en comparación con solamente usar lopinavir-ritonavir (promedio de 7 días frente a 12 días).

El trabajo no incluyó pacientes con enfermedades graves, y los investigadores enfatizaron que se requieren estudios de fase 3 más grandes en pacientes críticos para determinar si la terapia triple puede brindar beneficios clínicamente significativos.

«Nuestro ensayo demuestra que el tratamiento temprano de COVID-19 leve a moderado con una combinación triple de medicamentos antivirales puede suprimir rápidamente la cantidad de virus en el cuerpo de un paciente, aliviar los síntomas y reducir el riesgo para los trabajadores de la salud, pues reduce la duración y cantidad de diseminación viral [cuando el virus es detectable y potencialmente transmisible] «, explicó el doctor Kwok-Yung Yuen, de la Universidad de Hong Kong y líder del estudio.

«Además, el tratamiento combinado parecía seguro y bien tolerado por los pacientes», agregó el experto.

«Pese a los hallazgos alentadores, debemos confirmar en ensayos de fase 3 más grandes si el interferón beta-1b solo o en combinación con otros medicamentos es efectivo en pacientes con enfermedades más graves», dijo Yuen.

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Otro especialista estuvo de acuerdo en que el combo antiviral requiere más pruebas.

«Debido a que algunos de estos agentes poseen propiedades antivirales probadas, tiene sentido examinarlos», comentó el doctor Matthew Heinz, del Centro Médico de Tucson quien también ayudó en la respuesta estadounidense a la crisis del ébola durante la administración Obama.

«El lopinavir-ritonavir es un medicamento antirretroviral que se usa para tratar el VIH, y la ribavirina se usa para tratar la hepatitis C. El interferón beta-1b se produce naturalmente en humanos cuando se responde a infecciones virales como la influenza y se usa comúnmente para tratar la esclerosis múltiple», detalló.

Sin embargo, «este estudio excluyó a pacientes graves y críticos», agregó Heinz. «Por lo tanto, no tenemos idea de si los pacientes con COVID-19 más enfermos se beneficiarían de la terapia combinada».

De todas formas, la doctora Sarah Shalhoub, de la Universidad Western en Canadá y autor de un comentario acompañante del estudio, dijo que esta investigación es un paso adelante en la búsqueda de un tratamiento para el COVID-19.

«La mayoría de los estudios publicados hasta ahora han sido retrospectivos u observacionales. Por lo tanto, este diseño prospectivo, aleatorizado y controlado agrega un valor notable a la creciente evidencia respecto a los tratamientos para COVID-19, eliminando una serie de limitaciones inherentes a los estudios retrospectivos», destacó.

«Este trabajo representa un paso hacia la búsqueda de una terapia muy necesaria para el SARS-CoV-2. No obstante, como lo reconocen los autores, los estudios futuros para examinar la eficacia del interferón beta-1b solo o en combinación con otros medicamentos para el tratamiento grave o crítico de los pacientes enfermos con COVID-19 comparados con placebo están garantizados», concluyó.

 

Vía: Health Day News