La ingesta de analgésicos y antibióticos está contraindicada si no la prescribe un médico. No importa el tipo de dolencia, el consumo desmedido e innecesario de antibióticos puede conducir a una resistencia a largo plazo. En tanto, los analgésicos disfrazan un síntoma que podría estar ligado a una enfermedad seria. Esto engloba todas las partes del cuerpo, incluyendo la salud bucal.
Los malos hábitos y la poca higiene dental aumentan el riesgo de placa, misma que elimina los minerales del esmalte externo de los dientes. Esta erosión provoca aberturas u orificios diminutos en el esmalte, primera etapa de la caries que causa sensibilidad y dolor. Si bien existen fármacos que ayudan a reducir las molestias —y son parte del tratamiento—, deben tomarse únicamente si un especialista lo indica.
A decir de Rosa María Díaz Romero, coordinadora de Investigación en la Facultad de Odontología de la UNITEC, la mitad de las consultas odontológicas se relacionan al dolor y, paradójicamente, el miedo al dolor es lo que más retrasa la visita al dentista.
Además de reducir la calidad de vida, la caries aumenta el riesgo de pérdida de las piezas dentales. Asimismo, pueden surgir complicaciones graves y duraderas, incluso para aquellos niños que aún no tienen los dientes permanentes. Entre ellas destacan las siguientes.
- Absceso dental.
- Inflamación o pus alrededor de un diente.
- Dientes rotos o dañados.
- Problemas para masticar.
- Cambios en la posición de los dientes después de haber perdido una pieza.
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Recomendaciones
- Cepíllate los dientes después de comer o beber.
- Consulta a tu dentista regularmente.
- Consume alimentos saludables para los dientes —frutas y vegetales frescos—.
- Considera tratamientos con flúor.
Si eres especialmente vulnerable a contraer caries dentales, pregunta a tu odontólogo sobre algún enjuague bucal con antibiótico u otros tratamientos para ayudar a disminuir las bacterias dañinas en la boca. Recuerda consultar a un experto antes de tomar cualquier fármaco.
Vía: Mayo Clinic / Notimex
