Los tumores en los huesos (o tumores óseos) se desarrollan cuando las células dentro de un hueso se dividen sin control, formando un bulto o masa de tejido anormal, así lo indica la Academia Estadounidense de Cirujanos Ortopédicos.

La mayoría de los tumores óseos son benignos (no producen cáncer). Cabe mencionar que los tumores benignos no suelen poner en peligro la vida y, en la mayoría de los casos, no se propagarán a otras partes del cuerpo. Según el tipo de tumor, las opciones de tratamiento varían mucho, desde una simple observación hasta una cirugía para extirpar el tumor.

No obstante, algunos tumores óseos pueden ser malignos (cancerosos). Los tumores óseos malignos pueden realizar metástasis o hacer que las células cancerosas se propaguen por todo el cuerpo. En la mayoría de los casos, el tratamiento de los tumores malignos requiere de una combinación de quimioterapia, radiación y cirugía.

Los tumores óseos pueden afectar cualquier hueso del cuerpo y desarrollarse en cualquier parte del hueso, desde la superficie hasta el centro del mismo, lo que se conoce como médula ósea. Un tumor óseo en crecimiento, incluso un tumor benigno, puede destruir el tejido sano y debilitar el hueso, haciéndolo más vulnerable a las fracturas.

Conoce más: 5 síntomas de osteosarcoma o cáncer en los huesos

Cuando un tumor de hueso resulta ser canceroso, generalmente implicará un cáncer óseo primario o un cáncer óseo secundario.

Un cáncer óseo primario en realidad comienza en el hueso.

Un cáncer óseo secundario suele iniciar en otra parte del cuerpo para después hacer metástasis, o se disemina en todo el hueso. El cáncer óseo secundario también se conoce como enfermedad ósea metastásica.

Los tipos de cáncer que comienzan en otra parte y comúnmente se diseminan hacia los huesos incluyen los siguientes:

  • Cáncer de mama
  • Cáncer de pulmón
  • Cáncer de tiroides
  • Cáncer renal (de riñón)
  • Cáncer de próstata

 

Fuente: American Academy of Orthopaedic Surgeons