Si un cáncer se ha propagado más allá de su ubicación inicial (ha hecho metástasis) o si existe la posibilidad de que se haya diseminado, se requieren tratamientos sistémicos como la quimioterapia.

Por ejemplo, la cirugía puede extirpar un tumor en la mama, pero no puede eliminar ninguna micrometástasis (células tumorales que han viajado más allá de la mama, pero que todavía no se pueden detectar en los estudios de imágenes disponibles). Debido a esto, con frecuencia se necesita quimioterapia para garantizar que el cáncer se haya tratado por completo. Esto porque unas pocas células persistentes pueden proliferar fácilmente.

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Por otro lado, los cánceres de origen sanguíneo, como la leucemia, están presentes en las células que circulan por todo el cuerpo. Por tal motivo, los tratamientos sistémicos son las únicas opciones que pueden controlar dichas enfermedades.

Los cánceres que crecen rápidamente (de forma agresiva) suelen responder bien a la quimioterapia. Por el contrario, los tumores de crecimiento lento, como algunos tipos de linfoma, no responden tan bien o no responden en absoluto a esta opción.

 

Fuente: Very Well Health