Un nuevo estudio, publicado en la revista The Lancet Oncology, dio a conocer que el 15% de los pacientes adultos con cáncer en todo el mundo no se sometieron a una cirugía que podría salvarles la vida debido a los confinamientos por la pandemia de COVID-19.

«Nuestra investigación revela el impacto colateral de los confinamientos en pacientes que esperan una cirugía de cáncer durante la pandemia. Aunque los encierros son fundamentales para salvar vidas y reducir la propagación del virus, garantizar la capacidad de realizar una cirugía electiva segura contra el cáncer debe ser parte del plan de cada país para garantizar la continuidad de la salud en toda la población», destacó James Glasbey, de la Universidad de Birmingham en Reino Unido y coautor principal del estudio.

«Con el fin de evitar más daños durante futuros confinamientos, debemos hacer que los sistemas relacionados con la cirugía electiva sean más resistentes, protegiendo las camas de cirugía electiva y el espacio del quirófano, y dotando de recursos adecuados para la capacidad de ‘aumento’ cuando haya períodos de alta demanda en el hospital, ya sea por COVID, gripe u otra emergencia de salud pública», agregó el experto.

Para el trabajo, el equipo internacional de más de 5,000 cirujanos y anestesistas analizó datos de 20,000 adultos que desarrollaron los 15 tipos de cáncer sólido más comunes, quienes fueron tratados en 466 hospitales en 61 países.

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Durante los encierros obligatorios por COVID-19, uno de cada siete pacientes (15%) no se sometió a la cirugía planificada después de un promedio de 5.3 meses desde su diagnóstico de cáncer, mostraron los resultados.

Solo el 0.6% no tuvo su cirugía programada cuando hubo restricciones menos estrictas relacionadas con la pandemia.

Sin embargo, los pacientes que esperaron la cirugía durante más de seis semanas cuando se presentaron los confinamientos obligatorios tuvieron bastantes menos probabilidades de someterse a la cirugía de cáncer planificada, informaron los investigadores.

Los autores también descubrieron que los pacientes que vivían en países de bajos ingresos tuvieron el mayor riesgo de perder su cirugía.

«Los pacientes más vulnerables a los efectos del encierro fueron aquellos que vivían en países de bajos ingresos, donde los problemas de capacidad que estaban presentes antes de la pandemia se agravaron durante las restricciones del confinamiento. Los pacientes en estos entornos tuvieron el mayor riesgo de cancelación, a pesar de ser más jóvenes y tener menos comorbilidades», señaló Aneel Bhangu, también de la Universidad de Birmingham y coautor principal del estudio.

«Si bien solo hicimos un seguimiento de los pacientes que sufrieron un retraso durante un corto período de tiempo, la evidencia de otras investigaciones sugiere que estas personas podrían tener un mayor riesgo de recurrencia. Para ayudar a mitigar esta problemática, los cirujanos y los médicos oncológicos deben considerar un seguimiento más cercano de los pacientes que estuvieron sujetos a retrasos antes de la cirugía», agregó Bhangu.

 

Fuente: Health Day News