DiabetesInvestigadores de la Universidad de Calgary, en Canadá, han descubierto que las bebidas energéticas conocidas como “shots”, las cuales son ricas en cafeína, parecen desencadenar una resistencia a la insulina de corta duración en los jóvenes, lo que podría preparar el terreno para el desarrollo de diabetes tipo 2.

Los investigadores explican que los adolescentes que beben pequeñas botellas de bebidas energéticas conocidas como “shots” (presentación de 57 ml), que no contienen azúcar pero tienen 208 miligramos de cafeína, no pudieron metabolizar el azúcar con la misma eficiencia que cuando bebieron una versión descafeinada de la misma bebida.

De acuerdo con el estudio, los jóvenes que tomaron bebidas energéticas tradicionales (con café) experimentaron un aumento del 25% en los niveles tanto de azúcar en sangre como de insulina, en comparación con los que bebieron la versión descafeinada. Jane Shearer, profesora asistente e investigadora sobre la diabetes en la Universidad de Calgary, expone que «el elevado contenido de cafeína de las bebidas energéticas es la causa de esta respuesta».

Jan Hux, director científico de la Asociación Canadiense de la Diabetes (Canadian Diabetes Association), explica que los resultados de este estudio son preocupantes, pues los niveles de azúcar en la sangre de los adolescentes no bajaron incluso después de que sus cuerpos comenzaran a producir insulina.

Según Hux, “se pensaría que si la insulina es alta, el azúcar en sangre debería bajar. Esto sugiere que la cafeína está provocando resistencia a la insulina. El cuerpo tiene que producir más insulina para lograr el mismo efecto”. Hux explica que la resistencia a la insulina es el primer paso en el desarrollo de diabetes tipo 2.

Para realizar el estudio, 20 adolescentes entre 13 y 19 años de edad recibieron al azar “shots” de bebidas energéticas con y sin café. Cuarenta minutos después, todos se sometieron a una prueba estándar de tolerancia a la glucosa oral. De acuerdo con Hux, esta prueba mide la capacidad del cuerpo de procesar el azúcar y es una herramienta estándar de detección de la diabetes tipo 2.

Cuando los jóvenes bebieron la versión con cafeína, experimentaron un aumento de 24.6% en los niveles de glucosa en sangre y un aumento de 26.4% en los niveles de insulina durante la prueba de tolerancia a la glucosa que cuando bebieron la versión descafeinada.

Danielle Battram, profesora de alimentación y nutrición del Colegio de la Universidad de Brescia, en Ontario, comentó que la cafeína podría interferir directamente con la capacidad de la insulina de controlar los niveles de azúcar, o afectar a la función de la insulina al fomentar la liberación de hormonas como la adrenalina, que funcionan contrarrestando a la insulina.

A pesar de que el estudio no observó los efectos a largo plazo -explicó Jane Shearer- plantea preocupaciones sobre el rol que las bebidas energéticas ricas en cafeína podrían tener sobre el riesgo futuro de diabetes tipo 2, “podrían acelerar la aparición de la enfermedad», advirtió la especialista.

Sin embargo, los investigadores instaron a la población que bebe café de forma cotidiana a no preocuparse, pues explicaron que la cafeína del café tradicional viene en forma vegetal, y está acompañada por muchos otros compuestos beneficiosos, mientras que las bebidas energéticas contienen una forma procesada de cafeína en polvo que afecta el metabolismo de una persona de forma más directa.

 

Vía: Health Library