VIH infectando una célula T. Inst. de Enfermedades Infecciosas EU.

VIH infectando una célula T. Inst. de Enfermedades Infecciosas EU.

Un grupo de investigadores del University College of London lograron observar en laboratorio algo que podría abrir caminos para tratar el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) con inmunosupresores comunmente utilizados en personas que han recibido un trasplante, la ciclosporina.

¿Pero cómo es que han llegado a la conclusión de que, paradójicamente, la manera de combatir este virus que desactiva el sistema inmunológico podría ser a través de supresores del propio sistema inmune? La respuesta está en que, según un estudio publicado en la revista Nature, el VIH utiliza un sistema para camuflarse detrás de proteínas dentro de las células del cuerpo y no ser detectado.

Al develar este mecanismo, los investigadores han logrado, utilizando en laboratorio una versión modificada de la ciclosporina, hacer que el virus “vuelva al radar” del sistema inmune. Stepehn Goff especialista en inmunologia por la Universidad de Columbia, explica en una editorial que acompaña a la investigación, que a través de señales el sistema inmune alerta de que se está produciendo una infección, y una vez detectadas estas señales las células producen interferones y otras citoquina para protegerse frente al ataque. Sin embargo, el virus del VIH evita dejar estas señales.

El estudio publicado en Nature ofrece algunas claves de cómo es que el VIH «desaparece”. Los investigadores lograron identificar dos moléculas en las células huésped que el virus utiliza como protección en los primeros momentos de la infección, logrando así evadir al sistema inmune. Estas proteínas podrían la clave de la desaparición del virus a los ojos del sistema inmunológico, por ello los investigadores se preguntaron qué sucedería si eliminaban estas proteínas o evitaban que fuesen utilizadas por el virus y quedase expuesto. Lo anterior lo lograron a través de un fármaco experimental llamado SmBz-CsA, una variante de la ciclosporina. La modificación permite al medicamento actuar sin que inhiba otros elementos importantes de la respuesta inmune, como la calcineurina o la activación de las células T.

A la par que se investiga esto, se ha comenzado a evaluar la toxicidad del fármaco experimental. Greg Towers, autor principal del estudio, señala que «si los resultados resultan ser prometedores esperamos conseguir financiación para un futuro desarrollo de SmBz-Csa como fármaco anti VIH, lo que podría llevar a que éste se probara en ensayos clínicos en humanos en entre cinco y 10 años»,

El científico británico también informa que su equipo está buscando compuestos análogos a la ciclosporina pero que sean más potentes y «otros fármacos que destapen al VIH y hagan que se disparen los sensores innatos frente a la infección por VIH».

Vía: Revista Naure, El Mundo