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Los niños con trastorno del espectro autista (TEA) pueden tener dificultades para adoptar hábitos saludables de higiene dental, como cepillarse los dientes y usar hilo dental, debido a sus sensibilidades sensoriales. Algunos pueden tener ciertos hábitos, como rechinar los dientes, golpearse la boca y la dentadura, masticar objetos que no son alimentos o comer alimentos azucarados, que también pueden afectar su salud dental. Además, puede ser difícil para algunos niños con TEA comunicar problemas con sus dientes, lo que resulta en retrasos en la atención, así lo indica la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard (Estados Unidos).

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Por lo anterior, es recomendable que los padres o tutores de niños con TEA establezcan una rutina con el cuidado bucal a una edad temprana, que permita que las visitas al dentista sean exitosas. A continuación les mencionamos algunos pasos para lograrlo:

  1. El cepillado debe comenzar tan pronto como salga el primer diente, usando una pequeña cantidad de pasta de dientes que contenga flúor. Si tu niño tiene sensibilidad al gusto o textura, puedes experimentar con diferentes sabores o con pastas dentales sin sabor o sin espuma. Hay muchas opciones de cepillos de dientes para los niños, así que asegúrate de que sea uno que le guste a tu hijo.
  2. Combina el cepillado con otras rutinas diarias o con una actividad favorita de tu niño, como bañarse. Acuéstalo en una alfombra suave o en una cama con una distracción visual, como un libro o un espejo, ya que puede ayudarte a acceder más fácilmente a sus dientes y brindarle mayor comodidad.
  3. Establece un «hogar dental» que se componga de un equipo odontológico pediátrico experimentado y complaciente antes del primer cumpleaños de tu niño, ya que puede iniciar al menor en el camino hacia una vida de buena salud bucal. El beneficio adicional de las visitas tempranas al dentista es que son rápidas y sin dolor, y ayudan a establecer la confianza con el equipo dental y la familiaridad con el entorno dental.
  4. Llama antes de la visita para hablar sobre las necesidades y preferencias específicas de tu hijo. Las cosas que pueden ayudar incluyen audífonos con cancelación de ruido, escuchar música, una manta o chaleco con peso, gafas de sol, apagar las luces fluorescentes del techo, charla limitada durante el procedimiento dental o ver un video favorito. Puede ser útil darle a tu niño un espejo de mano para que pueda mirar. Las radiografías panorámicas, que son rápidas y no implican poner artículos en la boca de un niño, pueden tolerarse mejor que las radiografías dentales intraorales convencionales. La madre, padre o cuidador pueden cubrirse y permanecer en la habitación para sostener la cabeza durante la exposición a los rayos X. A algunos niños les gusta que los envuelvan en un rebozo, mientras que a otros no.
  5. Asegúrate de brindarle apoyos visuales y de que el dentista le diga cosas como «primero cuento tus dientes, luego te vas a casa». Las historias sociales y los modelos de video pueden ayudar a los niños con TEA a comprender las expectativas y a seguir las indicaciones en el consultorio dental.
  6. Incorpora refuerzo positivo a lo largo de la visita al dentista y recompensa el éxito al final de la misma. (Es mejor ofrecer recompensas que no sean alimentos dulces ni pegajosos, sino refrigerios saludables).
  7. Algunos niños con TEA pueden beneficiarse de una introducción gradual a las indicaciones en el consultorio en múltiples visitas sucesivas, en lugar de obligar al niño a lograrlo todo a la vez. Algunas clínicas dentales también pueden ofrecer visitas de desensibilización para prepararse para una limpieza o procedimiento.

RECUERDA: Conforme tu niño vaya creciendo y para ayudarlo a desarrollar habilidades de cepillado independientes, puedes alentarlo a cepillarse a través de turnos: primero le toca a tu niño y después a ti y viceversa. También puede ser útil incorporar la práctica del cepillado de dientes con un terapeuta del habla, un terapeuta ocupacional o un terapeuta de análisis de la conducta.

 

Fuente: Harvard Medical School