Existen varios enfoques que pueden ayudar a mejorar el funcionamiento social, el aprendizaje y la calidad de vida de niños y adultos con autismo.

Uno de ellos es el análisis de comportamiento aplicado (ABA, por sus siglas en inglés), que es una de las opciones más utilizadas tanto para adultos como para niños con trastornos del espectro autista. Se refiere a una serie de técnicas diseñadas para fomentar comportamientos positivos mediante un sistema de recompensas.

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Hay varios tipos de ABA, que incluyen:

  • Entrenamiento de prueba discreta. Esta técnica utiliza una serie de ensayos para fomentar el aprendizaje paso a paso. Se premian los comportamientos y las respuestas correctas, y se ignoran los errores.
  • Intervención conductual intensiva temprana. Los niños, generalmente menores de cinco años, trabajan individualmente con un terapeuta o en un grupo pequeño. Por lo general, se realiza en el transcurso de varios años para ayudar a un niño a desarrollar habilidades de comunicación y reducir los comportamientos problemáticos, incluyendo la agresión o las autolesiones.
  • Entrenamiento de respuesta fundamental. Esta es una estrategia utilizada en el entorno cotidiano de la persona, la cual enseña habilidades fundamentales como la motivación para aprender o iniciar la comunicación.
  • Intervención conductual verbal. Un terapeuta trabaja con la persona para ayudarla a comprender por qué y cómo los humanos usan el lenguaje para comunicarse y obtener las cosas que necesitan.
  • Apoyo al comportamiento positivo. Esto implica hacer cambios ambientales en el hogar o el salón de clases para que el buen comportamiento se sienta más gratificante.

 

Fuente: Healthline