El consumo frecuente de alimentos fritos o “frituras” se asocia con un mayor riesgo de cáncer de próstata. Así lo muestra un estudio llevado a cabo por científicos del Centro para la Investigación del Cáncer Fred Hutchinson en Seattle (Estados Unidos) y publicado en la revista The Prostate.

7_cancer_prostata_frituras

Hay factores que inciden en el aumento de este tipo de cáncer entre los hombres, como el consumo de tabaco, la exposición a sustancias cancerígenas ambientales, exposición solar y algunos procesos infecciosos. Hasta tres cuartas partes de los cánceres en el hombre se asocian a malos hábitos alimenticios y otros factores externos que pueden ser controlados.

El consumo de grasa saturada que adquiere el organismo a través del consumo de frituras está contribuyendo al cáncer de próstata, que se ubica en tercer lugar después del de mama y el cérvico uterino.

Alimentos fritos
Numerosos estudios ya habían demostrado que los alimentos cocinados a altas temperaturas incrementaban el riesgo de cáncer de próstata. Sin embargo, hasta el momento no se había analizado si el freír los alimentos también provocaba un aumento del riesgo.

Como explica la doctora Janet L. Stanford, directora de la investigación, “el consumo regular de determinados alimentos fritos se asocia con un incremento del riesgo de cáncer de próstata, sin embargo, debe determinarse si el riesgo es específico de los alimentos fritos o si se debe a la ingesta de alimentos cocinados a altas temperaturas y/o de la denominada ‘comida basura’.”.

Investigación
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores analizaron el consumo de alimentos fritos -concretamente, de patatas fritas, pollo frito, pescado frito y donas, y su relación con el cáncer de próstata en 1.459 pacientes diagnosticados de la enfermedad y 1.492 varones que no habían desarrollado el tumor.

Los resultados mostraron que los varones que comían estos alimentos cuando menos una vez a la semana tenían mayor riesgo, hasta un 30-37% superior, de desarrollar el tumor que aquellos que los comían una única vez al mes. Además, la probabilidad de padecer una forma más agresiva de la enfermedad también fue mayor.

La razón para este aumento del riesgo se explica porque, según apuntan los autores, “cuando el aceite se calienta aparecen compuestos potencialmente cancerígenos, como la acrilamida, las aminas heterocíclicas, los hidrocarburos policíclicos aromáticos, el aldehído y la acroleína; además, la presencia de estos compuestos tóxicos se incrementa con la reutilización del aceite”.

Edad y prevención
La posibilidad de padecer cáncer prostático aumenta con la edad, pues a casi todos los pacientes que se les diagnostica cáncer en esta parte del organismo tienen aproximadamente 50 años y llegan con grados avanzados de la enfermedad.

Lamentablemente este tipo de cáncer está ganando terreno, por lo cual es de gran relevancia crear conciencia en la población masculina de más de 40 años sobre la importancia de realizarse el examen prostático, por lo menos una vez al año.

Sigue informándote sobre éste y otros temas de salud en https://www.clikisalud.info