Las esperanzas de que haya una protección fuerte a largo plazo por parte de anticuerpos después de un episodio de COVID-19 se han visto atenuadas por un nuevo estudio publicado en la revista New England Journal of Medicine, el cual descubrió que la protección solo puede durar unos pocos meses.

Aún así, los autores señalaron que el sistema inmunitario del cuerpo tiene más de una forma de defenderse contra los virus a los que se ha expuesto, por lo que los resultados no eliminan las esperanzas de una vacuna.

«La infección con este coronavirus no necesariamente genera inmunidad de por vida», dijo el doctor Buddy Creech, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Vanderbilt, en Nashville (Estados Unidos).

Pero los anticuerpos son solo parte del arsenal del sistema inmune, agregó Creech, quien no participó en la nueva investigación.

En el trabajo, los investigadores dirigidos por el doctor Otto Yang, de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), buscaron determinar la «vida media» de los anticuerpos generados por el contacto con el nuevo coronavirus SARS-CoV-2. La vida media significa el tiempo que tarda la mitad de los anticuerpos en desaparecer.

El grupo de Yang tomó muestras de sangre de 34 personas que se habían recuperado de un caso leve de COVID-19; de ellas, 20 eran mujeres y 14 hombres, con un promedio de edad de 43 años.

Según los análisis de sangre recolectados hasta 119 días después del inicio de los síntomas, los investigadores dijeron que la vida media de los anticuerpos relacionados con la infección por SARS-CoV-2 fue de solo 73 días, aproximadamente 2.5 meses. A ese ritmo, los anticuerpos desaparecerían por completo en aproximadamente un año.

Es una «pérdida de anticuerpos que fue más rápida que la reportada para el SARS-CoV-1», el coronavirus responsable del brote de SARS en 2003, informaron los investigadores.

«Nuestros hallazgos incrementan la preocupación de que la inmunidad humoral [que se encuentra en los fluidos corporales] contra el SARS-CoV-2 podría no ser duradera en personas con enfermedades leves, que componen a la mayoría de las personas con COVID-19», mencionaron.

«Al igual que los coronavirus que causan el resfriado común, el nuevo coronavirus no parece otorgar inmunidad duradera a base de anticuerpos durante un largo período de tiempo», comentó el doctor Amesh Adalja, investigador principal del Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud en Baltimore.

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Sin embargo, eso no significa que la inmunidad necesariamente haya desaparecido, ya que el sistema inmune humano tiene otros trucos bajo la manga, aseguró.

«Todavía queda por ver si estos individuos pueden reinfectarse y, de ser así, cómo es ese curso clínico, ya que la inmunidad de las células T también es un factor importante a considerar», apuntó Adalja, quien no participó en el nuevo estudio.

Las células T son un componente distinto de lo que se conoce como sistema inmunitario adaptativo. Ayudan a combatir las infecciones de muchas maneras, incluso matando directamente las células infectadas.

Por su parte, Creech estuvo de acuerdo en que el hecho de que los anticuerpos contra el SARS-CoV-2 tengan una vida media relativamente corta no significa que las personas pierdan la capacidad de combatir la infección recurrente.

El especialista comentó que los anticuerpos son proteínas producidas por las células B del sistema inmunitario para ayudar a reconocer y destruir las células infectadas con un virus. Cuando se encuentra por primera vez un nuevo virus, se producen rápidamente formas más generalizadas de anticuerpos, pero su especificidad contra el virus se vuelve cada vez más precisa a medida que pasa el tiempo.

Las células B también desarrollan un tipo de memoria sobre cómo generar estos anticuerpos precisos si el virus aparece nuevamente en el cuerpo.

«Serían llamados rápidamente a la acción cuando haya una nueva exposición al virus. Es como si estuvieran latentes, solo esperando», detalló Creech. Las células T también están al acecho, capaces de montar una batalla separada contra las células infectadas, añadió.

¿Y las esperanzas de una vacuna?

Los esfuerzos para encontrar una vacuna efectiva siguen siendo válidos, porque el enfoque altamente dirigido de una vacuna contra virus en realidad excede el del sistema inmunológico natural, resaltó Creech.

«Esto no debería disuadirnos de buscar una vacuna. Los anticuerpos son solo una parte de la historia», concluyó el investigador.

 

Vía: Health Day News