Las semillas de chía se han convertido en un alimento muy popular por sus beneficios nutricionales, en especial por su contenido en fibra dietética y ácidos grasos omega-3 de origen vegetal. Incorporarlas a la dieta puede ser una manera sencilla y efectiva de apoyar la salud digestiva y cardiovascular, siempre que se consuman de forma adecuada.

1. Alta en fibra: aliada del sistema digestivo

Una de las características más destacadas de la chía es su alto contenido de fibra soluble. Una cucharada aporta cerca de 5 gramos, lo que ayuda a mejorar el tránsito intestinal y prevenir el estreñimiento. Además, esta fibra puede generar una sensación de saciedad más duradera, lo que favorece el control del apetito.

Semillas de chía, ¿permiten controlar la diabetes?

2. Fuente vegetal de omega-3

Las semillas de chía contienen ácido alfa-linolénico (ALA), un tipo de omega-3 que puede contribuir a reducir la inflamación, regular los niveles de colesterol y apoyar la salud del corazón. Aunque el cuerpo convierte el ALA a EPA y DHA en menor proporción, sigue siendo una buena alternativa para personas que no consumen pescado.

3. Cómo consumirlas

Para aprovechar mejor sus nutrientes, se recomienda remojarlas al menos 20 minutos antes de ingerirlas. Esto activa sus propiedades, facilita su digestión y evita molestias intestinales. Puedes agregarlas a batidos, yogur, ensaladas o preparar un pudín con leche vegetal y frutas.

4. Precauciones y cantidades recomendadas

Aunque son muy saludables, no se deben consumir en exceso. Una porción segura suele ser de 1 a 2 cucharadas al día. También es importante asegurarse de beber suficiente agua, ya que la fibra necesita líquidos para desplazarse adecuadamente por el sistema digestivo.

Agregar semillas de chía a tu alimentación puede ser una forma práctica de mejorar tu digestión y cuidar tu salud cardiovascular. Sólo recuerda hacerlo de forma equilibrada y acompañarlo de una dieta variada.

 

Fuente: Harvard T.H. Chan School of Public Health