Las carnes son una fuente importante de proteÃnas, pero también pueden ser un foco de bacterias como Salmonella o E. coli si no se manipulan correctamente. Una mala higiene o cocción inadecuada puede causar intoxicaciones alimentarias, por lo que es esencial seguir medidas seguras en su preparación y almacenamiento.
1. Lava tus manos y utensilios antes y después de manipular carne
El contacto con carne cruda puede transferir bacterias a las manos, superficies y otros alimentos. Lava tus manos con agua y jabón por al menos 20 segundos y desinfecta cuchillos, tablas y recipientes antes de usarlos con otros ingredientes.
2. Separa la carne cruda de otros alimentos
Evita la contaminación cruzada manteniendo la carne en recipientes separados de frutas, verduras o alimentos cocidos. Usa tablas distintas para cortar carne y vegetales, y no reutilices platos donde estuvo carne cruda.
3. Conserva las carnes a la temperatura adecuada
Guarda la carne en refrigeración (por debajo de 4 °C) y congélala si no la usarás pronto. No la dejes a temperatura ambiente por más de dos horas, ya que esto favorece la proliferación de bacterias.
4. Cocina completamente las carnes
Asegúrate de que cada tipo de carne alcance la temperatura interna correcta. El pollo debe llegar a 74 °C, la carne molida a 71 °C y las carnes rojas a al menos 63 °C. Evita comer carne cruda o semicruda.
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5. Refrigera las sobras de inmediato
Guarda los alimentos cocidos en recipientes herméticos y refrigéralos dentro de las dos horas posteriores a la cocción. Calienta bien las sobras antes de consumirlas para asegurar su inocuidad.
Seguir buenas prácticas de higiene y cocción al manipular carnes es clave para proteger tu salud y la de tu familia. ¡Cuida cada paso en la cocina y disfruta tus comidas sin riesgos!