Comer frutas y verduras de temporada significa elegir aquellas que fueron recién cosechadas en tu zona. Es una práctica que beneficia a tu salud, a los agricultores locales y al medio ambiente.
Comer productos de temporada añade variedad a tus comidas de forma natural. Esta combinación de frutas y verduras aporta a tu cuerpo una mayor variedad de vitaminas, minerales y compuestos vegetales protectores que favorecen la salud general y pueden reducir el riesgo de cáncer.
Los alimentos de temporada pueden ayudar a tu cuerpo a adaptarse a los cambios climáticos. Las opciones refrescantes de verano, como la sandía, te ayudan a mantenerte hidratado(a), mientras que las opciones más sustanciosas de invierno, como el betabel y el ñame, aportan más calorías para los días más fríos.
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Esto significa que, si compras productos locales y frescos, sin duda el sabor será mejor y el contenido nutricional será superior al de los productos que se envían y transportan.
Cuando las frutas y verduras tienen que viajar distancias largas, factores como la temperatura y el número de días de almacenamiento pueden provocar que se oscurezcan y pierdan vitaminas y minerales. En ocasiones, se aplican tratamientos poscosecha como calor, recubrimiento comestible y agentes de maduración a los productos frescos para mantener su calidad.
Fuente: Very Well Health