La mayoría de las personas pueden disfrutar de la mantequilla con moderación, pero quienes padecen intolerancia a la lactosa, alergia a la leche o les preocupan las grasas saturadas suelen evitarla. Afortunadamente, existen muchas alternativas a la mantequilla para cocinar y hornear.
Una de ellas es el aceite de oliva, que al no contener lácteos, es un buen sustituto de la mantequilla si eres alérgico(a) a la leche o intolerante a la lactosa. Una cucharada de aceite de oliva aporta 124 calorías, cero colesterol y el 9% del valor diario de grasas saturadas. Es un componente clave de la dieta mediterránea y también es apto para dietas keto, vegetarianas y veganas.
Sustituir las grasas saturadas (como las de la mantequilla) por grasas monoinsaturadas puede ayudar a reducir los niveles de colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL) (el «colesterol malo»).
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El aceite de oliva posee un alto contenido de grasas monoinsaturadas y propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Diversas investigaciones sugieren una relación entre un menor riesgo de enfermedades cardíacas, algunos tipos de cáncer y demencia en quienes consumen más aceite de oliva que en quienes consumen menos o nada.
Puedes sustituir la mantequilla por aceite de oliva de muchas maneras, como por ejemplo:
- Al hornear algo que requiera mantequilla ablandada o derretida
- Al untarlo en pan o tostadas
- Al saltear o asar verduras
Fuente: Very Well Health