Muchos postres se hornean de alguna manera, y puede que no sea lo que buscas en un caluroso día de verano.
Por ello, aquí tienes dos opciones que se sirven frías, así que no es necesario cocinarlas.
1. Yogur griego helado de piña y plátano
El yogur helado es un postre refrescante, perfecto para el verano. Aunque siempre puedes ir a una tienda de yogur helado, puedes preparar esta versión baja en calorías en casa.
La base se prepara mezclando piña congelada, yogur griego, plátanos, miel de maple y jengibre. Esta mezcla se transfiere a un recipiente apto para congelador y se congela en tres tandas de 30 minutos, removiendo entre cada una. Después, se congela durante una hora más antes de cubrirla con coco rallado y servirla.
La piña es rica en fibra y posee propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. También puede ayudar a la digestión.
Si te gusta esta receta, puedes duplicarla o triplicarla y guardarla en el congelador hasta por un mes. Así, siempre la tendrás a la mano.
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2. Parfaits de puré de manzana especiado y requesón con granola
Aunque tu primera reacción sea que el puré de manzana y el requesón no combinan bien, dale una oportunidad a esta receta. El requesón actúa como el yogur en un parfait de yogur. Una vez que se coloca la salsa de manzana sobre el requesón, cada parfait se cubre con miel, granola y canela.
Cada porción contiene más de 31 g de proteína y menos de 400 calorías.
El requesón puede ayudar a regular el apetito y a perder peso. Sin embargo, se necesitan más investigaciones de alta calidad en humanos para confirmar estos resultados.
Fuente: Healthline