Una persona que bebe alcohol en exceso puede empezar a experimentar una sensación de hormigueo en las extremidades. Esto ocurre cuando el alcohol ha dañado los nervios periféricos.

Tales nervios conectan el cerebro y la médula espinal con los músculos, las extremidades y los órganos de los sentidos. A través de los nervios periféricos, el cerebro puede controlar el cuerpo y recibir información sensorial.

Cuando el alcohol es responsable del daño a los nervios periféricos, una persona desarrolla lo que se conoce como neuropatía alcohólica. Las personas que beben mucho y de forma regular corren el riesgo de desarrollar esta afección.

Tan solo en Estados Unidos, algunos investigadores estiman que el 65 por ciento de las personas que han sido diagnosticadas con trastorno por consumo de alcohol también padecen neuropatía alcohólica.

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El consumo excesivo y prolongado de alcohol puede provocar desnutrición y daño a los nervios, y ambos contribuyen al desarrollo de la neuropatía alcohólica.

El alcohol puede impedir el procesamiento, transporte y absorción de nutrientes esenciales. Algunas personas con trastorno por consumo de alcohol también tienen una ingesta inadecuada de alimentos, lo que a su vez puede conducir a deficiencias en:

  • Vitamina E
  • Vitaminas B6 y B12
  • Tiamina
  • Niacina
  • Folato

Las deficiencias de estos nutrientes pueden dañar la salud en general y evitar que los nervios funcionen adecuadamente.

Si tienes más dudas respecto a la neuropatía alcohólica, consulta a tu médico.

Fuente: Medical News Today