Durante el embarazo, los efectos del tabaquismo en el feto incluyen los siguientes:
- Mayor riesgo de pérdida fetal espontánea, muerte fetal y parto prematuro.
- Pulmones más débiles.
- Bajo peso al nacer, que puede tener un efecto duradero en el crecimiento y desarrollo de los niños. El bajo peso al nacer se asocia con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, presión arterial elevada y diabetes durante la edad adulta.
- Mayor riesgo de paladar hendido y labio hendido.
- Mayor riesgo de trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
El tabaquismo pasivo (exposición de la madre no fumadora al humo de segunda mano) también puede dañar al feto.
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Si la madre o el padre continúan fumando durante el primer año de vida de su bebé, el niño posee un mayor riesgo de infecciones de oído, enfermedades respiratorias como neumonía y bronquitis, muerte súbita inesperada durante la infancia y enfermedad meningocócica.
Asimismo, una persona que fuma a lo largo de su vida posee un alto riesgo de desarrollar una serie de enfermedades potencialmente letales, entre la cuales se encuentran:
- Cáncer de pulmón, boca, nariz, laringe, lengua, senos nasales, esófago, garganta, páncreas, médula ósea (leucemia mieloide), riñón, cuello uterino, ovario, uréter, hígado, vejiga, intestino y estómago.
- Enfermedades pulmonares como bronquitis crónica y enfermedad pulmonar obstructiva. crónica, que incluye bronquiolitis obstructiva y enfisema.
- Enfermedades cardíacas y eventos cerebrovasculares.
- Úlceras del sistema digestivo.
- Osteoporosis y fractura de cadera.
- Mala circulación sanguínea en pies y manos, que puede provocar dolor y, en casos graves, gangrena y amputación.
- Diabetes tipo 2.
- Artritis reumatoide.
Fuente: Better Health Channel