i-mujer-tomando-solSin importar las advertencias sobre el daño de la piel y cáncer por tomar demasiado al sol, las personas continúan exponiéndose la radiación ultravioleta tanto al aire libre como en los salones de bronceado.

Y es que a través de un nuevo estudio –realizado con ratones– encabezado por el doctor David Fisher se brindan evidencias de que el bronceado puede ser una verdadera adicción.

Mediante los experimentos que se hicieron, los investigadores observaron que al exponer a los animales a una dosis diaria de luz UV se aumentaron sus niveles de betaendorfinas (una hormona que “hace sentir bien”) en la sangre en una semana.

Entre los resultados, que se publicaron en la revista Cell, se observó que se volvieron menos sensibles al tacto y a la temperatura. Asimismo, cuando se bloqueó este incremento de endorfina, mostraron los síntomas clásicos de abstinencia, incluyendo sacudidas y temblores.

“Esto sugiere que (el bronceado) no es puramente una decisión cosmética», señaló Fisher, quien también es jefe del servicio de dermatología del Hospital General de Massachusetts, en Boston.

Debido a que la radiación UV hace que la piel sintetice la vitamina D, Fisher especuló con que los seres humanos podrían haber evolucionado para obtener una recompensa de ella.

Eso podría estar bien, si no fuera por el hecho de que tomar demasiado el sol o el bronceado bajo techo puede resultar en un cáncer de piel.

«A la piel le afecta más el cáncer que a cualquier otro órgano del cuerpo humano», puntualizó Fisher.

Por ello, también añadió que es particularmente preocupante el aumento de la incidencia del melanoma, la forma menos común, pero más grave de cáncer de piel.

Vía: HealthDay News