Caminar más rápido no solo te lleva a lugares a mayor velocidad, sino que además te brinda un mejor entrenamiento cardiovascular, facilitando que sigas el ritmo de los demás. Puedes acelerar el ritmo de forma natural con unos sencillos cambios en tu postura, la longitud de la zancada y el movimiento de los brazos.
Cambiar la longitud de la zancada
Un error que se comete al intentar caminar más rápido es alargar la zancada, sacando más el pie delantero. Esto no ayuda.
En lugar de eso, coloca el pie delantero en una posición natural delante del cuerpo y concéntrate en impulsarte con el pie trasero. Esto te dará una zancada más potente y rápida.
Acelerar el movimiento de los brazos
El movimiento de tus brazos puede realmente acelerar tus piernas. No tiene que ser drástico; debería sentirse natural una vez que empieces a utilizar el movimiento de brazos. Para el movimiento de brazos derecho:
- Dobla los codos y mantenlos cerca de los costados.
- Deja que tus brazos se balanceen hacia adelante y hacia atrás en oposición a tus piernas, moviéndose en sincronía con tus pasos (cuando la pierna derecha está atrás, el brazo derecho balancea hacia adelante).
- Con cada balanceo de brazos, tus manos no deben sobrepasar el esternón ni cruzar la línea central de tu cuerpo.
Una vez que te acostumbres a usar los brazos, piensa en acelerar el movimiento de estos en lugar de los pies, para así aumentar tu ritmo al caminar.
Fuente: Very Well Health