Acostarse después de una epidural aumenta la probabilidad de tener un parto normal por primera vez, sugiere un nuevo estudio publicado en la revista BMJ.

Con una epidural, se inserta un tubo en un espacio debajo de la médula espinal, y se pueden administrar pequeñas dosis de analgésicos durante el parto.

En países como Estados Unidos, más del 50 por ciento de las mujeres en labor de parto reciben una epidural para aliviar el dolor, de acuerdo con la Asociación Americana de Embarazo.

Pero cuando se aplica una epidural también aumenta el riesgo de tener que usar instrumentos, como fórceps o succión, durante el parto. Se ha sugerido que acostarse después de recibir una epidural puede mejorar la probabilidad de un parto espontáneo, destacaron los investigadores británicos.

Conoce más: Enfermedad inflamatoria intestinal y embarazo

Para investigar dicha teoría, los autores del estudio examinaron a casi 3,100 madres primerizas en hospitales británicos. Las mujeres, de 16 años o más, recibieron una dosis baja de epidural mientras estaban en trabajo de parto. Alrededor de la mitad se acostaron tras la aplicación, mientras que la otra mitad se mantuvieron en posición vertical.

Cerca del 41 por ciento de las que estuvieron en el grupo «acostado» tuvieron un parto espontáneo, en comparación con aproximadamente el 35 por ciento de las que estuvieron en el grupo «vertical». No hubo desventajas a corto o largo plazo para las madres o los bebés en ninguno de los dos grupos, subrayaron los investigadores.

El trabajo fue liderado por Peter Brocklehurst, de la Universidad de Birmingham, en Reino Unido.

Acostarse «parece una postura fácil y cómoda para adoptar. Esta evidencia permitirá a las mujeres embarazadas, en consulta con sus proveedores de atención médica, tomar decisiones informadas sobre su posición en la segunda etapa del trabajo de parto», concluyeron los autores del estudio.

 

Vía: Health Day News