Quizás suene extraño, pero una nueva investigación publicada en la revista Journal of Nutrition Education and Behavior sugiere que la televisión podría enseñar a los niños a comer sano. El estudio reveló que ver programas de cocina donde se preparan recetas saludables pareció alentar una alimentación saludable entre los niños.

«Los resultados indican que los programas de cocina pueden ser una herramienta prometedora para promover cambios positivos en las preferencias, actitudes y comportamientos relacionados con la alimentación de los niños», destacó Frans Folkvord, de la Universidad de Tilburg en los Países Bajos y autor principal del estudio.

Los expertos reclutaron a 125 niños de entre 10 y 12 años, quienes vieron 10 minutos de un programa de cocina de televisión pública holandés diseñado para los pequeños. A todos se les ofreció un refrigerio como recompensa por participar en el estudio.

Algunos de los niños vieron un episodio con alimentos saludables, mientras que otros vieron un episodio con alimentos poco saludables.

Aquellos que vieron el episodio saludable mostraron 2.7 veces más probabilidades de elegir una merienda saludable (una manzana o trozos de pepino) que una merienda no saludable (un puñado de papas fritas o minipretzels salados).

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Investigaciones previas han demostrado que los niños tienen más probabilidades de comer alimentos saludables como frutas y verduras si ayudan a preparar las comidas. No obstante, la creciente dependencia hacia los alimentos preparados y procesados, así como una menor cantidad de padres que preparan alimentos frescos, han propiciado una reducción de las habilidades culinarias entre los niños, lamentaron los autores.

También puntualizaron que el estudio se realizó en varias escuelas, lo que podría representar una alternativa prometedora para enseñar a los niños conductas de alimentación saludable.

«Brindar educación nutricional en los entornos escolares puede tener una influencia positiva importante en el conocimiento, las actitudes, las habilidades y los comportamientos de los niños», subrayó Folkvord.

«Las escuelas representan la forma más efectiva y eficiente de llegar a una gran parte de una población objetivo importante, que incluye a los niños, así como al personal escolar y la comunidad en general», enfatizó Folkvord. «Moldear positivamente a los compañeros y maestros puede alentar a los estudiantes a probar nuevos alimentos que anteriormente les desagradaban».

Los autores agregaron que los malos hábitos alimenticios durante la infancia y la adolescencia pueden tener efectos negativos en la salud a largo plazo.

«La probabilidad de consumir frutas y verduras entre jóvenes y adultos está fuertemente relacionada con saber cómo preparar la mayoría de las frutas y verduras», subrayó Folkvord. «El aumento de las habilidades para cocinar de los niños puede influir positivamente en su consumo de frutas y verduras de una manera que persistirá hasta la edad adulta».

 

Vía: Health Day News