Un portabebé es una manera conveniente de mantener a tu hijo(a) cerca de ti y cómodo(a), que a su vez te permite cargarlo por mucho más tiempo sin que te canses tanto. Los más populares son los llamados de tipo «canguro», aunque también se usan los fulares y rebozos y las mochilas evolutivas.
Por lo anterior, la Academia Americana de Pediatría ofrece las siguientes pautas para seleccionar adecuadamente uno de estos soportes para el cuerpo de los más chiquitos:
- Verifica los límites de peso del portabebé para asegurarte de que tu hijo(a) no sea demasiado pequeño(a) o grande para colocarlo en él.
- Busca uno que tenga soporte para la cabeza y el cuello, especialmente si tu bebé es pequeño. Evita aquellos que hacen que el bebé adquiera forma de C o que ocasionan que su cabeza se vaya hacia adelante, de modo que la barbilla pueda tocar el pecho. Asegúrate de que el portabebé no toque la cara de tu niño(a).
- Comprueba que el portabebé sea fácil de cargar y sujetar. También debe ser cómodo para que tú lo uses, especialmente cuando el bebé comienza a crecer.
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No lo olvides, a partir de que un bebé se sienta solo (a los 6 meses aproximadamente) ya es posible utilizar todo tipo de portabebé.
Asimismo, es muy importante que a la hora de elegirlo tengas en cuenta el uso que le darás según tus necesidades, pero sobretodo, debes informarte sobre la manera correcta de utilizarlo y cuál es la postura adecuada para tu bebé. De ahí que te mencionemos estos consejos.
Vía: Health Library