Un portabebé es una manera conveniente de mantener a tu hijo(a) cerca de ti y cómodo(a), que a su vez te permite cargarlo por mucho más tiempo sin que te canses tanto. Los más populares son los llamados de tipo «canguro», aunque también se usan los fulares y rebozos y las mochilas evolutivas.

Por lo anterior, la Academia Americana de Pediatría ofrece las siguientes pautas para seleccionar adecuadamente uno de estos soportes para el cuerpo de los más chiquitos:

  1. Verifica los límites de peso del portabebé para asegurarte de que tu hijo(a) no sea demasiado pequeño(a) o grande para colocarlo en él.
  2. Busca uno que tenga soporte para la cabeza y el cuello, especialmente si tu bebé es pequeño. Evita aquellos que hacen que el bebé adquiera forma de C o que ocasionan que su cabeza se vaya hacia adelante, de modo que la barbilla pueda tocar el pecho. Asegúrate de que el portabebé no toque la cara de tu niño(a).
  3. Comprueba que el portabebé sea fácil de cargar y sujetar. También debe ser cómodo para que tú lo uses, especialmente cuando el bebé comienza a crecer.

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No lo olvides, a partir de que un bebé se sienta solo (a los 6 meses aproximadamente) ya es posible utilizar todo tipo de portabebé.

Asimismo, es muy importante que a la hora de elegirlo tengas en cuenta el uso que le darás según tus necesidades, pero sobretodo, debes informarte sobre la manera correcta de utilizarlo y cuál es la postura adecuada para tu bebé. De ahí que te mencionemos estos consejos.

 

Vía: Health Library