El cortisol es la principal hormona del estrés del cuerpo, esencial para mantenernos alerta y lograr la supervivencia a corto plazo. Sin embargo, cuando sus niveles se mantienen elevados durante demasiado tiempo, puede interferir con el funcionamiento del cerebro y contribuir al deterioro cognitivo.
Diversas investigaciones sugieren que tener niveles altos de cortisol puede remodelar específicamente la arquitectura cerebral y acelerar el deterioro cognitivo a través de tres mecanismos clave:
- Daño estructural directo: La contracción cerebral provocada por el cortisol puede aumentar la vulnerabilidad al deterioro cognitivo relacionado con la edad y a enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
- Daño vascular: Las citocinas proinflamatorias (moléculas de señalización) desencadenadas por el estrés pueden afectar la función de los vasos sanguíneos y causar daño vascular, lo que incrementa el riesgo de evento vascular cerebral y demencia vascular.
- Estrés oxidativo: El estrés psicológico que desencadena la liberación de cortisol puede amplificar el riesgo de pérdida de memoria al aumentar el daño celular a través del estrés oxidativo (un desequilibrio entre las moléculas de radicales libres altamente reactivas y los antioxidantes en las células).
Conoce más: ¿Cómo fortalecer la memoria y prevenir el deterioro cognitivo?
Es importante mencionar que la mayoría de la evidencia que vincula los niveles elevados de cortisol con estos resultados es correlacional, por lo que no establece causa y efecto de manera definitiva.
RECUERDA: Actualmente se investiga si la reducción de los niveles persistentemente altos de cortisol mediante intervenciones médicas o conductuales, como el manejo del estrés, puede mitigar la progresión de la pérdida de memoria y el deterioro cognitivo.
Fuente: Very Well Health







