Las sardinas y el atún son ampliamente recomendados por su alto contenido de proteínas de calidad y de ácidos grasos omega-3 de cadena larga, que benefician al corazón, como el ácido docosahexaenoico (DHA) y el ácido eicosapentaenoico (EPA).

Una porción de 100 gramos de sardinas enlatadas, comparada con la misma porción de atún claro en aceite, contiene: 

-Sardinas

  • Calorías: 208
  • Proteínas: 24.6
  • Grasas totales: 11.4 g
  • Omega-3 (EPA y DHA): 982 mg

-Atún

  • Calorías: 198
  • Proteínas: 29.1 g
  • Grasas totales: 8.2 g
  • Omega-3 (EPA y DHA): 128 mg

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Con base en lo anterior, tanto las sardinas como el atún son buenas fuentes de proteínas (el atún aporta un poco más) y ácidos grasos omega-3. Su perfil nutricional puede variar según la especie y el método de preparación o envasado (por ejemplo, en aceite o agua, escurrido o sin escurrir, y cocido o crudo).

Aunque el atún se considera una buena fuente de ácidos grasos omega-3 (128 miligramos por cada 100 gramos), las sardinas aportan una cantidad significativamente mayor en una porción equivalente: 982 miligramos.

Los ácidos grasos omega-3 de cadena larga que mencionamos al inicio se encuentran entre los principales lípidos beneficiosos para el corazón y el cerebro presentes en los pescados y mariscos. Numerosas guías de salud destacan la importancia de los omega-3 de origen marino para la salud cardiovascular y neurológica. Entre sus beneficios se incluyen los siguientes:

  • Mejora del perfil lipídico
  • Reducción del riesgo de arritmias (ritmos cardíacos anormales)
  • Posible protección contra la inflamación, las enfermedades cardiovasculares y las enfermedades neurológicas

 

Fuente: Very Well Health