Los cambios en las horas de luz y el descenso de las temperaturas contribuyen a diversos cambios corporales durante el otoño. Si notas cambios de humor, bajones de energía o, en general, te sientes decaído(a) en la transición del verano al otoño, no estás solo(a).

1. Cambios de humor

Muchas personas experimentan cambios de humor a medida que el clima se enfría y los días se acortan. La menor actividad física podría ser la causa, pero otros factores también pueden influir:

Niveles bajos de vitamina D: La vitamina D proviene principalmente de la exposición al sol. La deficiencia de vitamina D puede ocurrir en otoño e invierno, ya que hay menos horas de luz. Se relaciona con un mayor riesgo de ansiedad y depresión.

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Trastorno afectivo estacional (TAE): Las personas con TAE tienen niveles más bajos de serotonina (una hormona que ayuda a regular el estado de ánimo). Existen estudios que sugieren que la luz solar ayuda a mantener niveles saludables de serotonina, por lo que cuando recibes menos luz solar durante otoño e invierno, tu serotonina puede disminuir y, con ello, empeorar tu estado de ánimo.

2. Bajones de energía

La melatonina es una hormona que se activa con la oscuridad. El cuerpo aumenta la producción de melatonina por la noche para indicarle al cerebro que es hora de dormir. Al amanecer, el cuerpo deja de producir melatonina al exponerse a la luz, lo que hace que te sientas despierto(a) y alerta.

En otoño e invierno, cuando los días son más cortos y oscuros que en primavera y verano, el cuerpo produce más melatonina, lo que puede ocasionar sensación de fatiga y letargo.

 

Fuente: Very Well Health